Es como se denomina el programa que el gobierno de Sinaloa y la Secretaría de Educación Pública impulsan para preparar a los futuros profesores de las escuelas Normales del estado, para que puedan tener éxito en conseguir que los niños y jóvenes alumnos comprendan lo que lean. Así de sencillo. Dicho programa, que ha sido diseñado por personas con experiencia en el campo de la promoción de la lectura, cuenta con el apoyo del gobernador Quirino Ordaz Coppel y de Mario Chávez, de la SEP. Con ese respaldo, el secretario de Educación Pública de Sinaloa, Juan Alfonso Mejía, el subsecretario Rigoberto Ocampo y Élmer Mendoza, presidente de El Colegio de Sinaloa, discutimos formas de realizar este programa, de tal suerte que las y los normalistas tengan herramientas para incidir en esta dolorosa adversidad de la educación en nuestro país: muchos niños no entienden lo que leen, lo que significa que su rendimiento es bajo y su deseo de asistir a la escuela, mínimo, puesto que es un lugar donde no la pasan bien.

Para diseñar la parte operativa nos reunimos en las instalaciones de El Colegio de Sinaloa, María Félix Raygoza, Karina Castillo, María Paredes, Alfonso Orejel, Raúl Quiroz y su servidor. Acordamos un taller de cinco horas con cuatro ejes básicos que incluyen un proceso de convencimiento de por qué es importante comprender lo que se lee, una carencia que está presente incluso en estudiantes de nivel profesional. Aquí los normalistas deben empezar por sí mismos; no sólo hacer un ejercicio de autocrítica en relación a cuánto comprenden de lo que leen en sus materias de estudio, sino también en su capacidad de interpretar la lectura de textos literarios como cuentos, poemas y novelas. En este terreno han iniciado los comentarios de la fascinación de los alumnos por reconocer otra visión de la lectura que comparten con sus profesores practicantes. El entusiasmo crece y nuestra emoción también.

Otro eje desarrolla técnicas para la lectura en voz alta con la idea de formar estudiantes con más confianza en sí mismos, capaces de concentrarse mientras leen y, por supuesto, de comprender el texto que tienen en sus manos. Después se pasa a un momento de reflexión sobre lo que el texto podría tener de interesante en cuanto al tema y la manera en que está expuesto. Una minificción induce pensamientos diferentes a los de un cuento largo, lo mismo que un haikú frente a un soneto. Desde luego, uno de los ejes se ocupará de diversos procesos de escritura, sobre todo en la idea de lograr que los alumnos desarrollen maneras de expresar sus pensamientos por escrito con solvencia, sin dejar fuera el extenso campo de la imaginación, que conduce hacia el camino de la ciencia y el arte. Por otra parte compartiremos con ellos la historia de la literatura infantil y la gran cantidad de textos que en la actualidad se pueden utilizar para realizar un trabajo efectivo, desde preescolar hasta secundaria.

Hay un principio en el equipo que es fundamental. Todos quieren ayudar, desde los funcionarios hasta los que se encargan de preparar a los estudiantes de Normal. Igualmente es notable cómo los funcionarios de las tres normales de Sinaloa y una extensión han compartido nuestro entusiasmo y nos han brindado toda clase de apoyo para alcanzar el éxito en una labor que tiene mucho de sueño. Simplemente soñamos con que los egresados de Normal, jardín de niños, primaria y secundaria toquen las puertas del cielo con su capacidad de comprender lo que estudian en los libros. Un punto importante es que se hará una compra de libros que se donarán a los estudiantes normalistas y a sus maestros. Desde luego aspiramos a tener el apoyo del FCE y otras editoriales con un descuento significativo. Como refuerzo al programa, los miembros de El Colegio de Sinaloa dictarán conferencias en las Normales sobre temáticas diversas pero pertinentes. También tendremos conferencias sobre los derechos de los niños para que nuestros egresados lleguen a las aulas con la idea firme de que los niños son personas protegidas y muy importantes en su profesión. Con este trabajo, Sinaloa y México serán mejores, ni duda cabe. Quiero agradecer a todas las personas que me felicitaron por el Premio Letras de Sinaloa que recibí el pasado 11 de noviembre en la feria del libro de Los Mochis, muchas gracias. Si querían llegarme al corazón, lo lograron.

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