Mónica Lavín tiene novela nueva, Todo sobre nosotras, publicada por editorial Planeta, en la Ciudad de México en octubre de 2019; y aunque el título alude a las cuatro personajes que se conocen desde niñas y cada una vive su historia, podría referirse a la mitad de las mujeres que Leonor y yo conocemos; personas de una vida intensa que han llegado a cierta edad sin perder la prestancia y la capacidad de trabajar y sonreír mejor que cuando iban en la secundaria, la prepa o la universidad. Mujeres que en esta historia aprenden a “mirar atrás del rencor”, sin perder el porte, y que se preguntan sin pudor, “¿existe el desamor?”, o todo es un invento de los días con R.
Es una alegría leer a Mónica Lavín porque es una voz segura que impacta la cotidianidad y los recuerdos. Cada personaje es un ente imaginado, pero encuentra fácilmente correspondencia en el mundo real, que la autora observa, escudriña, partiendo de lo que la rodea hasta llegar a los reflejos de la Historia donde tantas cosas se repiten como si fueran un principio matemático. Y bueno: un cuarteto de mujeres va a cumplir 60; Nuria y Carla viajan a Portugal, a un hotel campestre propiedad de Alejandra, casada con Esteban, un portugués que le hace este estupendo regalo para que se entretenga. Ella, como buena mexicana, se aplica a la Finca Renata, que también produce vino al estilo romano, en grandes recipientes de barro, y recibe a sus amigas para su fiesta de cumpleaños. Una vive en Ensenada, la otra en la Ciudad de México y es dueña de una empresa de nutrición. Renata, la otra amiga, murió en el temblor del 85, justo el día que cumpliría 30 años y que celebrarían en su departamento. Era actriz y vivía sola, aunque ciertos días algunos hombres la acompañaban. Era una chica libre y la envidia de todas.
A lo largo de la novela quedará clara la relación que cada una de ellas mantuvo con la actriz, que además les ha dejado una sorpresa: tuvo una hija que ahora tiene 30 años y que, además, viene a la fiesta. Hay elementos en la novela que producen un decidido efecto espejo. Podrán mirar su rostro y su vida de una manera mágica y definida, o su sombra que se escabulle detrás de ese recuerdo que lo escatima todo. Les encantará sentir cómo estas mujeres se divierten, beben vino, comen de todo y se dicen sus verdades sin cortapisas. ¿Qué papel juega Renata en este juego vital? No me atreveré a revelarlo, lo único que les diré es que la vida de estas sesenteras es un modelo del que nadie pudo escapar. “¿La descompostura sólo es privilegio de los jóvenes?” Me gustaría saber qué piensan, chicas dispuestas a abandonar “las aguas profundas de la culpa”. Las que amaban a Don McLean y bailaban “American Pie”, sacudiendo el mismo centro de la tierra. O esa serie de rolitas emblemáticas que se quedaron en el mundo para siempre como una señal de que vivimos una época hermosa y ¡Estamos vivos! Mónica señala: “You really got me”, “(I can’t get no) satisfaction”, “I will survive”, “To Love Somebody”, “Hotel California”, “Aquarius”, “House of the rising sun”, “Black is black”, entre una potente lista que nos incita a mover el cuerpo y el corazón.
Todo universo femenino es un misterio que no se consigue develar en su totalidad. No es que cada mujer sea un mundo, sino toda mujer es todos los mundos: los reales y los imaginarios. Un maquillaje dice más que 999 palabras y no hay corazón que las combine. “No soportaría verme otra”, dice una de las chicas, ¿se le puede creer?, ¿quiénes practican con mayor éxito el arte de la impostura? Hay una foto de la prepa donde están las cuatro que todas conocen y que Alejandra tiene en un lugar privilegiado en su hotel residencia. Carla tiene razones para ser dura con los recuerdos. Nuria no deja de pensar en su hija que está próxima a parir y le duele no estar presente. Ambas son divorciadas. Ahora están en ese ejercicio tenaz de lograr que sus caminos vayan paralelos nuevamente, ¿qué les pasa realmente?, ¿cuál será el impacto cuando Esteban llegue con Inés, la hija de Renata?, ¿quién servirá la próxima copa? La vida es una tela muy sutil donde los nombres pueden extraviarse en el tiempo que no es de costuras, sino de no aterrorizarse de ser lo que se fue y no temer a lo que se será. En fin, Todo sobre nosotras les traerá recuerdos, estarán inquietas; pero querrán bailar con Don McLean que impresionó tanto a Roberta Flack, que en alguna ocasión le dedicó “Killing me softly with his song”. Nada menos. Ya me contarán.