Si usted es aficionado al “ deporte del costalaz o”, si reconoce que “la lucha libre es una religión, una enfermedad”, si admite que “la máscara crea una idea detrás de cada luchador, una identidad que imagina el espectador”, le sugiero de todo corazón leer la novela de Iván Farías, El misterio de la máscara perdida, publicada por Dark & Glow Press, en agosto de 2022, en México. En nuestro país hay verdaderos ídolos del cuadrilátero que definieron una época dentro de nuestra cultura popular. Muchos acompañados de la incógnita que eran las máscaras que son parte del mito de esos hombres corpulentos que ahora navegan por estas páginas, aunque con otros nombres. Imposible olvidar a El Santo y Blue Demon, a la Tonina Jackson y al Cavernario Galindo, acompañados del Rayo de Jalisco y el Médico Asesino. Cómo olvidar la Arena Coliseo de Perú 77 en la CDMX, el templo mayor, y la Arena Coliseo Moctezuma de Culiacán. Donde de tarde en tarde se daban pérdidas de máscaras o cabelleras. Y tampoco me olvido del Copetes Guajardo, el carita del ring.

Pero les adelanto algo de la novela de Iván Farías , que nació en la Ciudad de México en 1976. Se trata de una novela negra, incluso con una fina influencia de Rafael Bernal . Un escritor busca al comandante Guillermo Garmabella para que le cuente su historia. Hacen un convenio donde el policía le dictará lo que le venga en gana. Le comparte que cometió un error y está en retiro involuntario. Se le acaba el dinero y su chica, una tabasqueña de prominentes caderas, aficionada a la lucha libre, lo lleva con el doctor Clément, millonario coleccionista de objetos de luchadores, que planea abrir un museo; además desea tener la máscara que perdió el ídolo Sombra Negra 30 años atrás. A Garmabella le parece una tontería pero el cheque es de varias cifras, con el que puede resolver su situación económica mientras lo reinstalan. Por la actitud de su amiga, sospecha que hay algo más que amistad entre ella y el millonario, pero aguanta los celos.

Interroga a varios posibles poseedores de la famosa máscara, que fue hurtada el mismo día de “la lucha del siglo”. A doña Vicky, una señora mayor que no se pierde una función y que todos los luchadores, adoran; a un coleccionista que solo tiene su miseria; al luchador retirado Sombra azul, amigo de Sombra Negra; al mismo Sombra Negra, con el que empieza una amistad. Mientras nos narra este periplo, el novelista nos pone frente a una capa social de la capital donde impera la miseria humana, el desplome de los sueños y el retrato donde los más gandallas siempre se llevan la mejor parte del pastel. El recorrido por este entramado lleva al comandante a perder la esperanza de ganar ese cheque; entonces, con dos socios de anteriores aventuras, planea y ejecuta un asalto con la idea de resolver el asunto financiero hasta que lo llame el jefe Saturno, que es el jefe mayor. Pasan los días y Garmabella se desanima. Un día, Sombra Negra lo invita a una función de lucha y es revelador cómo esa amistad circunstancial crece y promete ser eterna. La señora Vicky fallece y su único hijo vende su colección de recuerdos al doctor Clément, acción que cerrará algunos círculos y dejará al millonario satisfecho. Pero, ¿y la máscara?, ¿logra el comandante Garmabella localizarla? Como dijo Bob Dylan en Zacatecas, la respuesta está en el libro, que les dará uno de los grandes momentos de 2023. Espero que hayan pasado el día del amor como lo merecen.

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