Se trata de una novela donde el juego es infinito. Deja muy claro que el mundo fue hecho para jugar y todos los que contradicen ese principio padecen descalabros que también quedan asentados en estas páginas. No rompas más, mi pobre corazón. En la infancia de una gran cantidad de humanos hay un caballito, de madera o real. Sin embargo, pocos tuvieron un caballo dorado. Sergio Ramírez desarrolla momentos claves en su más reciente novela, El caballo dorado, publicada por Alfaguara en España en enero de 2024 y en México en Marzo del mismo año. Puede que le suene el nombre del capitán de fragata Gonzalo Celorio Blasco y que esté de acuerdo con el autor cuando escribe: “Mentira, fantasía, imaginación son tres hermanas de leche”. Estás pegando justo entiéndelo. Ándese paseando.
Es una novela poblada de personajes, una princesa inteligente, un peluquero escultor de caballos de madera que quiere inventar el carrousel por enésima vez, una institutriz ambiciosa, un príncipe ebrio, tonto y viudo, un lacayo pendenciero, un sombrerero genial, un farmacéutico oportuno, un policía responsable, un caballo dorado, un baúl, una joya muy valiosa, varios trenes, un productor de chocolate, un supuesto hijo de Maximiliano engendrado en Cuernavaca, claro, en el jardín Borda, un fabricante de carrouseles, una portera boquifloja, una esposa abandonada varias veces, un ministro religioso, una santa misteriosa, un barco, un largo viaje, un país asediado por dictadores y gringos, un cocinero alcohólico, un poeta, un presidente de voraz apetito, el gran poeta Rubén Darío, un espía alemán en la Primera Guerra Mundial, un fusilamiento y un autor experto en el tratamiento de símbolos. Todos los personajes van quedando en el camino de la vida, menos la princesa María Aleksándrovna, que incluso sobrevive al caballo dorado, un hermoso corcel que llamaba la atención hasta de los escépticos. El resto de la manada eran caballos notables, de aceptable alzada, pero ninguno como El Caballo Dorado, cuyo retrato es parte fundamental de esta novela.
La historia empieza en un pueblo de los Cárpatos en 1905. Allí viven la princesa, que usa férula en su pierna izquierda, y el peluquero escultor. Una madrugada, la princesa, que cuenta 17 años, llega a la casa del peluquero, le dice que quiere conocer los caballos. Claro que él la deja pasar. Ella se desnuda y va directo a su cama. Órale. ¿Y los caballos? Pues allí se reactiva la historia. Muy pronto cargan la manada en una carreta y se fugan. Escándalo. Sobre todo de la institutriz que se encargaba de la joven princesa y recibía una noche sí y otra también al peluquero. Hay dos persecuciones. La primera les va a encantar. Llegan a Bucarest donde el peluquero espera que la princesa venda la joya para construir o comprar un carrousel. Sin embargo, ella se emplea haciendo sombreros elegantes con el caballero ya mencionado. Poco después, este señor ayuda a la joven a viajar a París. ¿Por qué la princesa debe marcharse a París? Oh Dios, cuántas cosas le pasan en París, donde aprende a transitar por callejuelas oscuras. ¿A quién conoce?, ¿qué le pasa para que tenga que abordar ese gran barco?, ¿por qué termina en una Nicaragua convulsa con todo y caballo dorado? Queridas amigas y queridos amigos, cuánto tienen que leer. Lo bueno es que esta novela está muy bien escrita y se lee rapidísimo. Así que no teman hacerlo de claro en claro y de turbio en turbio, como diría el gran Cervantes.
