Estoy triste, hace un par de semanas estuve más triste aún. No sé cómo evitar que lo que pasa a mi alrededor me afecte. Con la idea de que el mar tranquiliza y de que allí la vida es más sabrosa, como dice el maestro Carlos Argentino, nos fuimos a Mazatlán. Leonor no pudo zafarse de su trabajo y continuó en línea. Yo, intentando de que el mar me ayudara sin llegar al extremo de la maestra Alfonsina Storni, caminé por la playa meditando en la novela que ahora escribo y en la difícil situación en que se encuentra este país de luces y sombras.

Caminando por esa playa larga de la zona Dorada pateé la única botella que la ensuciaba, lejos de las olas para que fuera recogida por el personal del hotel El Cid, donde nos hospedamos, y cuál fue mi sorpresa, que mientras volaba la oscura botella, que yo creí de alguna cerveza, se produjo una extraña explosión y apareció, sí, adivinaron, un genio. Vestía a la manera oriental de rojo y azul, turbante negro y zapatos cuya larga punta señalaba el cielo. Órale, pensé. Un promotor del mundial de futbol. Su cara era rojiza, sus ojos oscuros brillaban y su negra barba era desordenada. Gracias, expresó con voz de trueno. Tenía más de mil años en ese maldito artefacto y no sabes lo bien que me siento de al fin estar libre. Este aire es una maravilla, esta debe ser la tierra de la prosperidad, de la gente feliz. El genio, que medía unos 2 metros de alto, respiró profundo. Gracias, de nuevo, y de acuerdo a la tradición, te concederé un deseo, pide lo que quieras, hombre de pelo crespo. Órale. Qué sea rápido, estoy hambriento y quiero conocer esta gran ciudad que, por lo que veo, está llena de hermosas mujeres. ¿Qué no son tres deseos? Ni lo pienses, confórmate con un uno y pídelo ya porque quiero comer un buen pescado zarandeado y un ceviche de camarón seco con una cerveza bien fría. Está bien, quiero un puente de La Paz, Baja California sur, hasta Culiacán.

¿Qué? Estás demente, ¿cómo se te ocurre? Por favor sé coherente, y rápido que necesito sentir otras emociones. Está bien, entonces quiero que mejores mi país, y antes de que preguntes, mi deseo es que haya medicamentos para todas las personas que padecen cáncer, que se vacunen los niños a tiempo, que la enseñanza en las escuelas no sea una vía para ideologizar a niños y jóvenes, que se acaben los feminicidios y que se castigue con prisión a los agresores, no más desaparecidos, que haya empleos para unos 20 millones de personas que están desocupados, que se regularice el pago a los artistas becados, que el gobierno no ataque más a la prensa, que encuentren la manera de bajar los homicidios dolosos, que los mexicanos recuperen la esperanza de que podemos ser una gran nación, que haya apoyo para el desarrollo de la ciencia, que se impulse el empleo en las zonas serranas, que haya trabajo para los artistas del espectáculo, que se editen más libros al año y que no se vendan caros, que los mexicanos lean más libros de literatura, que se impulse a los que menos tienen para terminar una carrera en una universidad de verdad, que realmente se combata la corrupción, que el gobierno no diga tantas mentiras, que paren los atentados incendiarios y contra periodistas. Ey, ey, para, ¿qué te pasa? Detente, el genio alzó la voz y aproximó su mano arrugada a mi cara. Oye, tranquilo, estás muy emocionado; mira, estaca brown lo que pretendes, mejor dime, ¿de cuántos carriles quieres el puente?

para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, planes para el fin de semana, Qatar 2022 y muchas opciones más.

Google News

TEMAS RELACIONADOS