La Santa Sede es en términos políticos una monarquía absoluta de base teocrática. No existe división de poderes, el Papa aprueba las normas del derecho canónico, designa a los jueces eclesiásticos y puede revocar. Él ejecuta sus dictados a través de acuerdos o de sus representantes. Las decisiones papales no pueden ser cuestionadas, además, y esto es lo que nos interesa, él designa a quienes elegirán su sucesor ante una renuncia o fallecimiento. Su legitimidad y designación parte de una Inspiración del Espíritu Santo que “iluminó” a los cardenales electores.
Hace una semana informó que haría un Consistorio, el acto de designación de nuevos cardenales. Los mayores de 80 años se consideran eméritos y no tienen derecho a elegir al nuevo Papa. En sentido jurídico, los cardenales no tienen muchas funciones, quizás lo más notable es la elección del sucesor, les llaman los “príncipes de la Iglesia” y su función es asesorar al Papa, si éste se lo solicita. Si bien habitualmente son arzobispos, podrían no serlo.
Durante mucho tiempo hubo arzobispados que eran considerados sede cardenalicia. La designación de un prelado al frente de la misma, implicaba que en un tiempo breve sería designado cardenal. Los obispos son propuestos por las Conferencias episcopales de cada país (aunque los designa el Papa de una terna) podíamos suponer que quien lograba ser designado allí, sería designado cardenal. Francisco eliminó esta costumbre, señalando que era una forma de “carrerismo”, una expresión del clericalismo y oportunismo. Consideró que los animaba una cuestión de poder burocrático y prestigio personal (y egoísta), al margen de la vocación de servicio.
Las designaciones de Francisco hablan más por los silencios que por los designados. En Estados Unidos designó cardenal al obispo de San Diego, Robert Walter McElroy, dejando, una vez más, fuera al presidente de los obispos estadounidenses, el arzobispo José Gómez del Opus Dei, de Los Ángeles, antigua sede cardenalicia. No designó ningún mexicano, quedando México con un solo cardenal elector, llegó a tener 4 electores. España y Brasil tienen 6 cardenales electores y designó por primera vez un cardenal paraguayo.
El National Catholic Register, un vocero de la derecha católica criticó las designaciones y las omisiones: designar al obispo de San Diego y no al arzobispo de Los Ángeles sería una afrenta a la mayoría conservadora de los obispos norteamericanos, y el obispo de San Diego es pro aborto y abierto con la Comunidad LGTTTBQ, además (y para peor) es el único norteamericano designado. También reclama que no fue designado el Patriarca de los católicos de rito greco-ortodoxo ucraniano, la mayor de las iglesias católicas de ritos orientales, que antes tenía un cardenal. Menciona que sería muy importante teniendo en cuenta la Guerra entre Rusia y Ucrania, quizás precisamente por eso quedó fuera. También se queja por la designación del arzobispo de Manaos, Brasil, Leonardo Steiner, de origen alemán, muy cercano al episcopado alemán que plantea el sacerdocio femenino y la abolición del celibato sacerdotal.
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En definitiva, los escasos latinoamericanos designados (3) son vistos como progresistas, y la mayoría de los ungidos son de origen africano y asiático (8), con lo cual Francisco continúa la diversificación y universalidad de la Iglesia Católica. Predominan los africanos y asiáticos entre los designados, sólo hay cuatro europeos. Muy desconcertante es la designación del Prelado apostólico de Ulán Bator, Mongolia, donde los católicos que allí viven no pasan de un centenar. En un Consistorio anterior designó Cardenal al obispo de Tonga, en Oceanía, donde no hay más de 30,000 habitantes.
Es evidente que Francisco está preparando su sucesión y quiere que quienes designen al sucesor sean de orígenes muy diversos, quitándole poder a los estadounidenses y europeos, quienes tradicionalmente eran absoluta mayoría en el Colegio Cardenalicio. El Papa ejerce su poder, cada vez más con firmeza y mostrando que tiene un proyecto eclesiástico muy bien definido.
Francisco se presentó como “el Papa que venía del Fin del Mundo” cuando fue designado, pareciera que ahora se propone que su sucesor, sea de un poco más lejos.
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