Estamos saliendo de la crisis provocada por la pandemia del Covid19 y los creyentes regresan a los templos. La pregunta será ¿a qué templos están regresando? En el mundo católico la asistencia regular ha disminuido y predominan, en muchos casos personas, de la tercera edad. Los sermones de los sacerdotes resultan poco atractivos para los jóvenes, adolescentes e infantes, a lo cual debemos agregar una crisis sistémica en nuevas vocaciones sacerdotales. Las creencias de carácter populares han retomado su posicionamiento anterior a la pandemia y los participantes tienen nuevos motivos para hacer sus peregrinaciones, pues sus súplicas fueron “escuchadas y atendidas”.
La Iglesia no fue muy eficaz en transmitir sus carismas en las redes virtuales y los sacerdotes que fueron eficaces sufrieron, en muchos casos, el hostigamiento y las sospechas de sus obispos, quienes se sentían rebasados por sus subordinados. Prueba de ello es que el llamado del Papa Francisco al Sínodo y su proyecto de declarar a la institución en “estado de asamblea” fue discretamente ignorado en el fondo, aunque supuestamente apoyado en las formas.
En el mundo evangélico la situación fue más compleja y la pandemia implicó la suspensión de los cultos presenciales y darle seguimiento por las redes digitales; esto no implicó necesariamente la pérdida de feligresía, pero sí un desplazamiento de la misma. En muchos casos las iglesias donde participaban los creyentes no fueron eficaces en adaptarse a las nuevas circunstancias y sus líderes no fueron capaces de trasmitir sus carismas por los nuevos medios, siendo sustituidos por pastores y predicadores que estaban en otras latitudes, pero a los cuales podían acceder los evangélicos, con una población mas joven y además más dispuestos al empleo de los sistemas digitales.
Esta nueva realidad implicó el fortalecimiento de canales multimedia digitales, que además eran respaldados por centrales creadoras de contenidos como CVCLavoz que permitían sostener estrategias mediáticas en forma constante y a largo plazo, fortalece el universo mediático evangélico la constante edición de música cristiana, que se desarrolla en una diversidad de estilos musicales que rebasan la solemnidad de la liturgia religiosa tradicional y es mejor recibida por los jóvenes y adolescentes. Los informes proporcionados por la Asociación de Radios Cristianas en Español (ARCE) muestran la constancia, diversidad y permanencia de la música cristiana en diversos géneros musicales que constantemente son enriquecidos por nuevas creaciones, que han sido retomados por las disqueras comerciales que han percibido un importante “nicho de mercado”.
La reapertura de los templos evangélicos ha permitido que las grandes denominaciones, que en México, tienen más de 5,000 congregaciones y alrededor de un millón de feligreses revaloricen sus posibilidades; en la segunda mitad del 2022 realizaron importantes reuniones para reorganizarse y afrontar las novedades de sus estrategias en la postpandemia, aunque les preocupa que en muchos casos les ha disminuido también la asistencia a los templos, pero tienen importantes cuadros que mantienen la identidad confesional y están impulsando la recuperación de la feligresía.
Un fenómeno paralelo es la fundación de nuevas iglesias y denominaciones religiosas; la pandemia puso a prueba lealtades y la consolidación de nuevas estrategias pastorales que fueron exitosas, esto ha llevado a que algunos pastores hayan tomado su propio camino y fundado nuevas propuestas religiosas, que le disputan feligreses a sus antiguas denominaciones, a la vez que incorporan nuevos creyentes, quienes están desencantados con sus antiguas creencias, sean católicos o también miembros de otras denominaciones muy institucionalizadas que han sufrido una rutinización del carisma, apagándose “los fuegos del Espíritu”.
Las denominaciones que se fortalecieron son las de dimensiones medianas y que supieron afrontar las nuevas situaciones y adaptarse a los desafíos, un ejemplo de ello es la Confraternidad de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice ) que reunió en el 2022 a los líderes de centenares de denominaciones evangélicas y se apunta para una nueva reunión en julio de este año.
Como podemos ver el campo socio religioso se presenta cada vez más diversificado y con nuevas opciones, aunque no podemos olvidar que “muchos son los llamados, pero pocos los escogidos”.
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