Un fenómeno recurrente en América Latina es el surgimiento de diputados y políticos que invocan su fe evangélica como una fuente de inspiración para la acción política. La gran prensa ha descrito las estrategias de la bancada evangélica en el Congreso federal brasileño y en los congresos a nivel estatal. Estas bancadas se organizaron con cierta eficacia en torno a cuestiones de moral sexual y familiar, como fue el caso de desbaratar la introducción de cuestiones de género en las agendas educativas.
En la política brasileña debemos entender que existe una gran diversidad de iglesias y que no son lo mismo las tradiciones del protestantismo, del pentecostalismo clásico y las iglesias transpentecostales como la Iglesia Internacional del Reino de Dios (Pare de Sufrir) y la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios. Estas iglesias operan con criterios de voto corporativo y están relacionadas con la Teología de la Prosperidad, pero no es el caso de otras expresiones del mundo evangélico brasileño, quienes en las últimas elecciones respaldaron a Lula y definieron la derrota de Bolsonaro. Sobre esto hay mucho escrito,
Me parece interesante la configuración de una bancada evangélica en la Asamblea Nacional de Venezuela. Recordemos que un sector de la oposición siguió la “vía insurreccional” de Juan Guaidó y boicoteó las elecciones, mientras que otros si lo hicieron.
La configuración de la Bancada evangélica se hizo como una subcomisión de la Comisión de Diálogo , Paz y Reconciliación Nacional de la Asamblea Nacional de este país . Contó con la presencia de varios diputados que son pastores o miembros activos de diferentes iglesias, tanto relacionados con el partido en el gobierno, cómo de la oposición, como fue el caso de Javier Bertucci que compitió contra Maduro en la elección presidencial por “Esperanza para el Cambio” y obtuvo el 10.82% de los votos. En la reunión además de los parlamentarios participaron alrededor de 400 pastores y pastoras de todo el país.
El programa de la bancada evangélica va por cuestiones legales, una comisión de “moralidad y espiritualidad”, se oponen a la corrupción y promueven la honestidad en la función pública, “proteger el matrimonio original” y oponerse al aborto, “profundizar el carácter humanista de los funcionarios e seguridad, respaldar la Ley antibloqueo aprobada por la Asamblea y los asistentes se proponen como jueces de paz en las comunidades.
La política del estado bolivariano en materia religiosa no terminó aquí, sino que el 19 de enero de 2023 conmemorando el Día de la Pastora y el Pastor Cristiano Evangélico anunciaron la creación del Movimiento Corazón Cristiano porque “Venezuela será Jerusalem del mundo. En Venezuela tiene que triunfar el amor, el entendimiento, la amistad, la solidaridad compartida, el trabajo entre todas y todos”, además ofreció beneficios y mejoras en mantenimiento de infraestructura a los templos e inscribir a los pastores y pastoras en los sistemas de protección social.
Las iglesias evangélicas reaccionaron de distintas maneras a esta última convocatoria y hubo quienes no se sintieron convocados como la Confederación Evangélica Pentecostal de Venezuela, quien rechazó esta actividad, recordó que se mantienen con sus propios aportes y ofrendas, aunque también “cada organización cristiana evangélica tiene total y absoluta autonomía para establecer este tipo de celebraciones”
La división en el movimiento evangélico se profundizó pues la Asamblea Anual del Consejo Evangélica de Venezuela decidió no avalar las actividades de la Fundación Marcha por Jesús que organiza todos los 12 de octubre una importante movilización en todo el país, Reprobó la presencia de funcionarios del gobierno en dicha movilización y no han recibido garantías de que esto no volverá a suceder. También se deslindaron del Movimiento Corazón Cristiano.
Lo sucedido ratifica una vez más que no se puede hablar que los evangélicos son de derecha o de izquierda, sino que en definitiva, en tanto ciudadanos y creyentes, tienen distintas formas de expresarse desde lo que le dicta su conciencia, pudiendo organizarse y enrolarse en distintas perspectivas político religiosas. “Muchos son los llamados, pocos los escogidos”
Doctor en antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH
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