El 20 de mayo el arzobispo de San Francisco, Cal., le prohibió a Nancy Pelosi, la demócrata, presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, recibir la comunión debido al apoyo decidido y entusiasta que esta política da a la aprobación de la interrupción del embarazo, y el arzobispo aclara que si persiste en este comportamiento será excomulgada, la mayor sanción que se le puede aplicar a un laico católico.
Esta acción es un paso más en la disputa política; los católicos son alrededor de 70 millones y es el tercer país con más católicos del mundo, después de Brasil y México. Un tercio de los católicos asiste con regularidad a los servicios religiosos, y de éstos un tercio aprueba el aborto. Aunque, entre los practicantes que reprueban el aborto hay quienes lo aceptarían en situaciones específicas (violación, peligro materno) con ciertas restricciones, el 10% se opone tajantemente y el 14% lo aprueba sin condiciones. Pero, también según Pew Research Center, de los dos tercios que no asisten a misa, la inmensa mayoría aprueba el aborto (ahí está Pelosi). Esa es la base social de Católicas por el Derecho a Decidir, una organización que impulsa el respeto a las mujeres en el catolicismo.
En la gran elección intermedia en que se renueva parte del Senado y los representantes, cualquier segmento electoral cuenta y en elecciones disputadas como éstas, la mayoría de los analistas prevén que los demócratas perderán el control del Capitolio. A Biden le pega la inflación, la crisis económica, la crisis militar en Ucrania, la retirada humillante de Afganistán y el incumplimiento de sus promesas: en el caso de los hispanos, la postergación de la reforma migratoria. Una vez más los demócratas incumplen sus promesas en esta materia.
La mayoría de los obispos respaldan a Trump y la excomunión de Pelosi es parte del respaldo electoral. El papa Francisco mantiene su apoyo a los demócratas y el cardenal y arzobispo de Washington DC dijo que daría la comunión a Pelosi. El cardenal Gregory, católico y afroamericano, respalda a Biden a quien los ultraderechistas del episcopado norteamericano también lo quieren excomulgar, por su respaldo al aborto. Se cruza en el medio del camino la posible decisión de la Corte Suprema de Justicia, de revocar el histórico fallo Roe vs Wade que legalizó el aborto en la Unión Americana.
El Vaticano comenzó a mover sus fichas para quitarle poder a los díscolos obispos norteamericanos, quienes están bastante desprestigiados entre sus feligreses por el ocultamiento sistémico de los abusos sexuales del clero. La estrategia de Francisco es impulsar la sinodalidad de la Iglesia, que para decirlo en palabras sencillas representa movilizar a las bases católicas contra el clericalismo (y el poder de los obispos).
Hace varios meses encargó a dos laicos la presidencia y la secretaría de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL). Una mujer por primera vez preside la CAL, la militante católica argentina Emilce Cuda, muy progresista, y el secretario ejecutivo es el mexicano Rodrigo Guerra López, laico del Opus Dei, como siempre la Iglesia avanza en un contexto de contrapesos. Los dos tienen una larga experiencia en el desarrollo de la Doctrina Social de la Iglesia y un dato interesante es que involucran a la Pastoral para hispanos del episcopado norteamericano. Sin muchos aspavientos, Francisco disputa a los obispos la orientación de alrededor del 45% de los feligreses católicos de ese país.
https://www.vatican.va/content/francesco/es/events/event.dir.html/content/vaticanevents/es/2022/5/26/videomessaggio-plenaria-pcal.html
La medida es muy inteligente pues la fortaleza del catolicismo norteamericano está en las nuevas minorías llegadas en el siglo XX (asiáticos, hispanos, afros) y está en crisis entre los que llegaron en el siglo XIX (irlandeses, italianos, alemanes y franceses). Las nuevas apoyan a los demócratas y los del siglo XIX suelen votar más por los republicanos. La reciente masacre de Uvalde en Texas, donde el 90% de los fallecidos son hispanos de origen mexicano, afecta directamente a los republicanos en el proceso electoral y en la elección del gobernador que quiere reelegirse. Los 78 minutos que tardó la policía en rescatar a los niños hispanos cruelmente asesinados son elocuentes.
Una vez más la realidad es impresionante y derrumba todos los discursos.