El 12 de diciembre de 2017 Alejandro Moreno, el encuestador estrella del periódico El Financiero, hizo una encuesta sobre el culto guadalupano en México y llegó a conclusiones sorprendentes. En principio encontró que el 70% de los mexicanos adultos festeja el día de la Virgen y el 62% se considera muy o algo guadalupanos. Luego encontró que el 74% de los votantes del Partido Revolucionario Institucional eran guadalupanos. Tenía mas votantes potenciales que MORENA, a quien se señalaba que había adoptado ese nombre para ganar la identificación de los católicos con su propuesta. Morena tenía exactamente el 62% de votantes guadalupanos, coincidía con el promedio nacional.
La sorpresa era que el Partido Acción Nacional (PAN) tenía el 59% del voto guadalupano, menos del promedio. El PAN había sido denunciado o señalado como el “partido católico”, respaldado por la Jerarquía de la Iglesia Católica. El menos guadalupano era el Partido de la Revolución Democrática con el 50% de votantes.
El 12 de diciembre de 2020, en plena pandemia volvió sobre el tema, había una ligera disminución del guadalupanismo, estaba en el 58% de los consultados. El 61% eran mujeres y el 55% hombres. La edad era otra variable importante para los mayores de 50 años la importancia era del 70%, mientras que para los menores de 30 años descendía al 42%. La educación era una variable significativa: el 70% de los que tenían educación básica eran guadalupanos, mientras que bajaba al 37% en aquellos con formación universitaria.
Aquí no terminaban las sorpresas, la Virgen era importante para el 66% de los católicos entrevistados, y descendía al 33% entre los evangélicos o de otra denominación no católica. Teníamos entonces un tercio de los evangélicos que seguían creyendo en la Virgen de Guadalupe y bajaba al 22% entre quienes no profesan alguna religión, algo así como que uno de cada 5 “ateos” mexicanos eran guadalupanos. Otra sorpresa era que a nivel regional el culto guadalupano estaba en un promedio del 56% y se elevaba apenas al 62% en la Región Centro-Occidente (Bajío), donde tuvo la Cristiada (1926-29) su escenario más importante y que era considerado el Gran Bastión del catolicismo mexicano.
Un dato adicional es que ahora (2020) quien tenía la preferencia de los guadalupanos era López Obrador (72%) de MORENA. Esto explicaría por qué la ahora presidenta, Dra. Claudia Sheinbaum, quien se asume como no religiosa y a la vez reconoce públicamente su origen judío, en uno de los actos de campaña vistió una prenda que tenía bordada a la Virgen de Guadalupe y se dio tiempo para entregar en la Basílica una rosa de plata bendecidas por el papa Francisco en la entrevista que tuvo con él.
Un aspecto interesante es el bajo guadalupanismo del PAN, que está por debajo de la media nacional. Es importante recordar que un sector importante de los evangélicos conservadores (presbiterianos, bautistas, mormones, nazarenos y congregacionales) apoyan a este partido desde la crisis de 1982 e incluso tuvieron posiciones importantes a nivel nacional. Asumiendo al PAN como un partido social cristiano conservador al estilo alemán. Cabe recordar que en las elecciones del 2000 hubo un movimiento “Evangélicos por Fox”, liderado por un intelectual presbiteriano, que incluía también a líderes pentecostales. Recientemente obtuve el dato de que un sector conservador de la Masonería mexicana en esa época se había alejado del PRI y estuvo respaldando al PAN.
El descenso del guadalupanismo en la población mexicana explicaría entre otras cuestiones el escaso impacto de las declaraciones de algunos jerarcas católicos tratando de influir en los últimos procesos electorales. Además del laicismo y los procesos de ciudadanización del comportamiento electoral.
Otro aspecto importante es la construcción de formas peculiares de creencias religiosas que difieren de lo que define el “manual”. Los pastores evangélicos leerán alarmados que un tercio de sus feligreses siguen creyendo en la Virgen de Guadalupe y los sacerdotes católicos deberán cambiar su discurso, pues un tercio de sus feligreses ya no creen en la Virgen y tienen otras formas de encausar sus devociones. Allí es donde deben confrontarse con expresiones del catolicismo cultural como el Culto a la Santa Muerte o las creencias en San Judas Tadeo. Para los colectivos de ateos y librepensadores deberán evaluar que en sus filas tienen a personal más ecléctico, una especie de “ateos gracias a Dios”.
Para quienes se creen “sabelotodo” de la política podrán enterarse que no es lo mismo ser el partido católico, a que los católicos voten por ese partido político. Una vez más la realidad supera los dogmas y nuestra sociedad realiza un conjunto de construcciones propias que los científicos sociales y particularmente los antropólogos debemos entender, comprender y explicar, al margen de las ideologías de moda.
Doctor en antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH
https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/simpatizantes-del-pri-mas-guadalupanos-que-los-morenistas/
https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/alejandro-moreno/virgen-morena/