Si bien México tiene una composición pluricultural y de la cual existen diversas manifestaciones en todo el país, Chiapas emerge como un estado cuya relevancia trasciende la expresión cultural en sí misma ya que en realidad esta alberga un conjunto de identidades y saberes milenarios que durante siglos se han generado y convivido en una misma entidad.

El hoy territorio de Chiapas fue habitado simultáneamente por diversos pueblos originarios mismos que, a la llegada de los españoles resistieron férreamente al régimen colonizador, obligando al invasor a fundar dos ciudades en este terruño: la Chiapa de los indios y Chiapa de los españoles, lo cual es el origen del nombre de la provincia de las Chiapas en los tiempos de la Nueva España y, posteriormente, el estado de Chiapas ya federado a la República Mexicana.

Esa resistencia a la colonización llega hasta nuestros días con la preservación de los pueblos originarios que nos legan día a día sus saberes milenarios. No obstante, la transculturación de las civilizaciones madre con la europea fue inevitable y su principal consecuencia fue la generación una sociedad con un mestizaje plural y una amplia variedad cultural que actualmente no solo se preserva, sino que se reproduce día con día. No obstante, la diversidad en Chiapas no solo se refiere a dicha mezcla cultural y sus derivaciones, sino que en Chiapas todo es diverso.

Climas, geografías, ecosistemas, vegetación, fauna; lenguas, tradiciones, creencias, ideologías, fiestas, danzas, platillos, bebidas, vestimentas, palabras, vocaciones económicas, expresiones artísticas, entre otras son solo algunos de los elementos en los que se expresa la diversidad y pluralidad de Chiapas que son la base de nuestras identidades. Al respecto, a principios de este siglo el antropólogo Andrés Fabregas acuñó el concepto de Chiapanequidad para referirse a ese variado mosaico cultural e identitario que converge en nuestro estado, mismo que puede ser entendido como una identidad construida a base de varias identidades y una cultura compuesta de culturas particulares.

En pleno siglo XXI, Chiapas requiere de toda su diversidad que no es otra cosa sino riqueza cultural, de naturaleza y humana para recobrar su lugar de grandeza que le corresponde ante México y el mundo. El primer paso es que el mismo pueblo de Chiapas se mire a sí mismo como el gran legatario de las civilizaciones prehispánicas, pero también como el único pueblo que por decisión propia y como resultado de una consulta popular, decidió federarse a México hace 200 años.

Chiapas concentra una riqueza que merece ser puesta ante los ojos del mundo, no solo bajo el propósito de divulgar y generar beneficios para el pueblo derivados de nuestros bienes naturales, arqueológicos, históricos y culturales, sino como el apalancamiento que necesitamos para proyectarnos, con la conciencia abierta y en unidad, para lograr la paz y el bienestar que el pueblo de Chiapas merece y demanda y que desde luego, serán prioridad para el nuevo gobierno que encabezaremos a partir del próximo 8 de diciembre.

Es por ello que, desde nuestra campaña al gobierno del estado, propusimos al pueblo enarbolar un nuevo momento cultural basado en nuestra chiapanequidad. Esto nos permitirá asumir con orgullo nuestra diversidad e identidades, así como rememorar los episodios históricos de dignidad y republicanismo de los que está hecha nuestra memoria colectiva y con esos precedentes, perfilarnos sólidamente hacia una nueva era en la historia social y política de nuestro estado.

Es tiempo de colocar a Chiapas en el lugar de grandeza que su pueblo merece.


Gobernador Electo de Chiapas

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