Noche de sábado y en Las Vegas pelea el Canelo. Hace mucho se llamaba Saúl Álvarez , ahora es el Canelo . Este tiempo del boxeo es su tiempo. Enciende pasiones como despierta sensaciones el petricor de la lluvia.
Más de 100 millones de personas lo verán en 110 países. Es el mexicano más famoso del mundo.
El Canelo hace su mayor apuesta, como corresponde a Las Vegas, porque se tiene fe y desprecia las advertencias sobre lo peligroso que es Sergey Kovalev. El poderoso ruso que ha puesto a dormir a 29 rivales y le lleva 10 centímetros de estatura, es el obstáculo a vencer para el cuarto campeonato.
El título de los semicompletos (79.379 kilogramos), que tiene Sergey, es el que estará en juego, y el reto es grande para nuestro peleador, si recordamos que ganó su primera corona –peso superwelter—, hace más de ocho años, con 68.492 kilos.
Pelear dando ventajas en peso es un camino inexplorado para Saúl Álvarez . En su larga carrera, sólo una vez ha peleado con un rival una libra (453.5926 gramos) más pesado. En cuanto a Rocky Fielding, a quien le ganó el título supermedio, su mención es irrelevante, porque como enemigo fue un fiasco.
Me gustaría ver en esta pelea al Canelo grande, tan anunciado, el que ha aparecido a cuentagotas. Varias de sus peleas recientes han sido partidas de ajedrez, y él necesita una guerra o dos. El Canelo pelea, hace las cosas bien, tiene un récord fantástico, gana combates, pero no se parte la madre, que es lo que la gente le pide.
El rojo boxeador de Guadalajara necesita con urgencia una pelea capaz de encender pasiones, una cruzada, una expedición al abismo. Alguna vez tendrá que hacer esa entrega frenética, o será condenado. El gran público quiere zafarranchos, caídas, rodillas que se doblen con el impacto de puños homicidas, quiere estremecerse, y quiere sangre.
Existen todavía los que gritan “¡Canelo fraude!”, y cuando les digo que no me parece un fraude me responden: “A ti, TV Azteca, te obligan a decir lo que les conviene” . Olvidan que a Canelo le di perdidas peleas que otros le dieron ganadas.
Para Canelo, la pelea es ganable; para Kovalev , también. Hasta hace tres años, cuando peleó por primera vez con André Ward, Kovalev estaba en plenitud. Para mí ganó esa primera pelea, que le dieron perdida.
Desde entonces hizo seis. Peleas que no permiten medir con precisión la calidad que tiene en este momento. Kovalev es físicamente tan grande que, cuando usted los vea sobre el ring, dirá: “Esto no puede ser” .
Lector, si espera de mí un pronóstico, no lo encontrará. No sirven. Sobre un ring de boxeo pasan muchas cosas. Le he señalado a Canelo que el boxeo tiene que ser drama, o no es, y a su boxeo le ha faltado de ese brebaje atroz que podría adentrarlo en la inmensidad.
Felizmente para él, el mexicano más famoso del mundo, siempre hay otra noche de sábado para transformar la historia, para pensarse un semidios, para vivir a todo o nada.
deportes@eluniversal.com.mx
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