Eduardo Higuera Bonfil

Sexenio de oscuridad

26/04/2023 |03:58
Eduardo Higuera Bonfil
autor de OpiniónVer perfil

El 3 de febrero de 2019, durante el Super Bowl, uno de los medios informativos más importantes del mundo presentó un comercial que explicaba la importancia del periodismo, del conocimiento público de los hechos que ocurren en nuestro entorno, la forma en que esta actividad influye en la transparencia de la sociedad y de su repercusión en la democracia. El texto, en voz de Tom Hanks, decía: Porque saber nos empodera, nos ayuda a decidir y nos mantiene libres. La democracia muere en la oscuridad.

Ese comercial contenía la idea esencial de resistencia en contra de un aspirante a dictador, de un demente ocurrente e irresponsable, un presidente que había usado a la democracia para acceder al poder solo para intentar destruirla desde dentro y perpetuarse en el mismo. Su locura lo llevó a desconocer su derrota en las urnas y orquestar un intento de golpe de estado.

Una de las razones por las que Trump no lo lo0312gró fue que, justo como se explicaba en el comercial del Super Bowl, la información fluía a través de la sociedad estadounidense, al punto de que el pretendiente de dictador se encuentra actualmente enfrentando 34 cargos de fraude en una corte de Nueva York y una investigación del Congreso sobre su papel en la toma del Capitolio el 6 de enero de 2020.

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En México, a partir de inicios de este siglo, tenemos leyes e instituciones autónomas que buscan garantizar una serie de condiciones necesarias para que la democracia se fortalezca. Una de ellas, el Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) ayuda a que la información sobre las acciones de gobierno fluya libremente y nutran la sociedad con datos sobre lo que hacen sus gobernantes.

De esta forma, durante más de 20 años, el INAI se fue convirtiendo poco a poco en una herramienta básica para que instituciones de la sociedad civil y medios de comunicación pudieran develar lo que ocurría a espaldas de los mexicanos a través de desvíos de recursos y corrupción gubernamental.

Uno de los puntos más destacados en la historia del INAI se refiere a la estafa maestra, el gran fraude del sexenio peñista que los periodistas mexicanos denunciaron. Las resoluciones del instituto Nacional de Transparencia pavimentaron el trabajo de los periodistas. La luz de la transparencia logró que supiéramos cómo secretarias de estado, universidades y funcionarios tejieron una red de corrupción inmensa.

El segundo gran momento lo constituye el escándalo de Segalmex, en este sexenio. El trabajo medios-INAI y, en este caso, Auditoria Superior de la Federación, dejaron claro que siempre se puede tener más corrupción, mas descaro y redes de impunidad más profundas.

Las resoluciones del INAI, contribuyeron a que se hiciera la luz y se trasparentara el gran fraude. Con más de 15 mil millones de pesos perdidos, o más bien desviados a bolsillos de políticos del “nuevo régimen” y, posiblemente, para financiar a las dictaduras latinoamericanas populistas, Segalmex dobla el dinero de la estafa maestra.

Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) es el organismo descentralizado, creado en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para fomentar una soberanía alimentaria efectiva y apoyar a los pequeños y medianos productores de alimentos básicos en la cultura alimenticia nacional como el frijol, arroz y maíz. Eso significa que el desfalco afecta “primero a los pobres” y enriquece a la “mafia del poder” guinda neopriiista.

Sin embargo, no parece posible esperar más que impunidad de los responsables de que 58 de cada 100 pesos del presupuesto destinado a apoyar la alimentación de las capas más pobres de México. La razón es simple, por que el presidente y sus partidarios han decidido que este sea un sexenio de oscuridad, donde la democracia agonice poco a poco.

Debemos tener claro que democracia no es solo poner una papeleta con una cruz dentro de una urna, o el trabajo del INE -otro organismo bajo asalto hasta que se concreto la toma dela presidencia por parte de MORENA-, sino también la rendición de cuentas, escrutinio público (por parte de cualquier persona u organización), la persecución de la corrupción y el combate a la impunidad.

El dinero de la estafa maestra, al igual que el de Segalmex, es dinero de todos los mexicanos, con el que unos pocos se enriquecieron y si el primer caso dio como resultado un juicio lleno de irregularidades contra Rosario Robles, y nada más. Con el mega fraude de este sexenio no se ve que vaya a pasar ni siquiera algo parecido.

Sin embargo, desde que el INAI ayudó a que se conociera que UN SOLO escándalo de corrupción del gobierno actual supera al peor que se sepa del que se considera peor en corrupción del presente siglo en México

Desde la tribuna presidencial de cada mañana el presidente López ha determinado, sea con Bartlett o sus hijos o muchos otros casos, la sentencia presidencial absolutoria de todos los implicados en Segalmex.

Eso es lo que significa tener 90% de lealtad y 10% de capacidad para el actual gobierno, olvidando leyes y compromisos con el pueblo de México.

Al igual que ocurrió con el INE, este organismos encargado de dar a conocer cómo trabaja el gobierno, qué hace con nuestro dinero de los impuestos y el nivel de respeto a las leyes por parte de los actores gubernamentales ha sido sometido a una ráfaga de ataques fundados de falsedad y con la consigna de que al poder no se le puede tocar ni con el pétalo de una resolución de transparencia.

La instrucción por parte del secretario de gobernación fue “descuartizarlo”, mientras que contra el INAI dijo, faltando a la historia y la verdad, que “es un lastre burocrático que poco o nada ha servido para evitar la corrupción y garantizar la transparencia, es un gasto oneroso, opaco e innecesario que hoy defienden aquellos que aman la simulación”.

Con esto se puede entender que el presidente haya vetado dos nombramientos necesarios para el funcionamiento del organismo responsable de obligarlo a transparentar sus acciones y las de su gobierno.

Sin Instituto de Transparencia no se habrían conocido los desfalcos de Segalmex, pero tampoco tenemos la posibilidad de saber si se gasta dinero en el Tren Maya de forma correcta o cuánto cuestan las constantes modificaciones que ha sufrido su trazo; si hay justificación real para que se doble el costo de Dos Bocas asignándole 47 mil millones de pesos extras; si el dinero de campañas inmorales e ilegales como las que realizan organizaciones pro gubernamentales como “Qué Siga La Democracia” para apoyar los planes obradoristas no son financiadas con dinero desviado del erario público o si cada secretaría presenta cientos de millones de pesos perdidos de su presupuesto, como ocurrió con la SEP cuando Delfina era su titular.

Y si todo esto no le parece suficientemente oscuro y opaco como para afectar a la democracia, o en su defecto para desmentir lo dicho por la corcholata de gobernación, piense cómo actuará en la elección presidencial de 2024 un gobierno que no le parece importante un desfalco de 15 mil millones al erario, que ha impulsado campañas políticas ilegales (revocación de mandato) y a candidaturas que no han dudado en violar la normativa y la ética, como es el caso de Claudia Sheinbaum.

Sin duda, la democracia puede ser asesinada lentamente desde la oscuridad, sin información certera y clara para la sociedad. Ese fue en gran medida el Modus Operandi de la dictadura de partido del PRI tricolor y ahora parece que será ampliamente replicada, quizá superada, por el PRI guinda en este sexenio de oscuridad y opacidad.

No olvidemos que el presidente aprendió política en el primero y fundó, como un Nuevo Elías Calles, el segundo.

@HigueraB