Eduardo Higuera Bonfil

¿Qué esperar tras la marcha?

¿Qué esperar tras la marcha?
13/11/2022 |03:00
Redacción El Universal
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Sin duda, hacer predicciones es un negocio complicado, por decir lo menos. Sin embargo, así como en la ciencia, los procesos judiciales y la vida diaria, los indicios son una fuente de conocimiento bastante precisa, si se les revisa con rigor.

Por esta razón, aunque no se ha realizado aún la marcha en defensa del INE y en contra de la contrarreforma electoral que propone el presidente y el neopriismo guinda de MORENA , es posible establecer algunos escenarios con alto grado de probabilidad de ocurrencia.

Primero, analicemos los indicios que, desde palacio nacional y las trincheras de la supuesta transformación.

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Los insultos y descalificaciones han privado desde la boca presidencial, en especial durante sus conferencias de cada mañana. Esto en lugar del diálogo que la cabeza del Estado mexicano debería propiciar, ejerciendo el papel de un estadista que trabaja desde la unión y progreso de su país y conciudadanos. En lugar de esto se ha inaugurado una etapa de agresividad nunca vista en este siglo.

Con la espléndida sincronización y seguimiento a cada frase y posicionamiento presidencial que caracteriza a los propagandistas, neo orgánicos e incondicionales (nada que ver con operaciones concertadas y líneas dictadas desde arriba, sino puro pueblo bueno en acción) la oleada de vituperios no ha hecho más que crecer.

Así pues, desde esta esquina del cuadrilátero, no se ve mayor posibilidad de diálogo o acercamiento tras la manifestación en defensa del INE y el actual sistema electoral . En caso de que la sociedad muestre su músculo se les atacará y descalificará y en caso de que la manifestación sea raquítica, las burlas y escarnio no se harán esperar.

Y en el caso de la oposición, ¿Qué se ve y qué se puede esperar?

Me gustaría mucho, por mis convicciones y simpatías, escribir algo diferente en este caso, pero las señales indíciales son claras. En esta esquina tampoco se ve un panorama promisorio o una razón poderosa para ser optimista.

Nuevamente, la oposición se ha centrado en la figura del presidente en lugar de hacerlo en los verdaderos efectos que su propuesta generaría para los mexicanos. Al igual que el INE ha fallado en comunicar de forma clara la importancia de lo que se ha ganado en materia de desarrollo democrático de una forma menos institucional y más al ras de pueblo.

Por otra parte, los partidos políticos que conforman el sector más visible de la oposición no han hecho más que sabotear su propia imagen y caer, como es su costumbre desde inicios de este siglo (por lo menos) con la finalidad de jalara agua para su molino partidista y personal.

Hay muchas pruebas e de esto: Los legisladores agachones y temerosos de represalias, ¿de qué otra formase puede calificar a Mancera y la mayoría de su grupo en el senado?; el descarado cinismo de Alito y sus fieles priistas originales, cuando afirman que “ahora si” van a hacer un bloque unido para detener la contrarreforma electoral; la evidente falta de liderazgo de Marko Cortés al frente del partido que debería ser el bastión opositor; el interés en permanecer desinteresado de Dante Delgado y sus huestes naranjas, tan obcecados en detachment para lograr convertirse en el nuevo partido bisagra para sacar provecho en toda coyuntura y ser el nuevo PVEM, con las ventajas económicas que esto representa para su grupo.

En cuanto a la sociedad civil tampoco hay demasiadas señales halagüeñas. A pesar de que, como muestran las encuestas del último mes, la credibilidad en el árbitro electoral se ha incrementado ante el ataque autoritario del presidente, esto no ha arrojado liderazgos visibles del nivel suficiente para confrontar a Palacio Nacional con miras a detener el asalto guinda contra el INE y , quizá, convertirse en una opción viable para 2024.

Tras la marcha, el mismo domingo, podremos atestiguar la continuación del juego deprimente que se instalado en la arena política. Con seguridad, y basados en los números que unos y otros manejaran de asistentes, se continuará con la confrontación personalizada, sin mucho fondo y poco institucional de parte tanto de tirios como de troyanos, mientras la gran mayoría de los medios de comunicación se erigirán en corifeos.

De esta forma se continuara con la dinámica ya establecida de polarización, desunión nacional y confrontación que ha sido impulsada desde presidencia, por su utilidad para justificar sus acciones con argumentos morales y políticos, para hacernos olvidar su obligación de rendir cuentas, cumplir las leyes y la constitución y ejercer de forma responsable y justificada los recursos que se les ha confiado.

Personalmente, espero equivocarme.

Pese a esto no puedo dejar de observar que las marchas de poco han servido para transmutación de nuestra realidad social y política en el pasado. Por ejemplo, la marcha blanca contra la violencia ante una estrategia de abrazos y tolerancia, por lo que no veo que en este caso caya a ocurrir algo diferente.

Al mirar atrás se ve que la sociedad, verdadera dueña de nuestro país, renunció mayoritariamente a ser protagonista de su propia historia y de forma comodina dejó en manos de la clase política. Ahora vivimos los efectos de la inercia que esto produjo a lo largo de décadas y sólo ha beneficiado a quienes están en el poder, sean azules, tricolores, amarillos, verdes, naranjas o neopriistas guindas.

De nuevo, espero que me den un tapaboca, pero la pequeña muestra de indicios y hechos aquí enumerados no dejan mucho margen para la esperanza ciudadana.

No veo mucho futuro tras la marcha aunque fuera un resonado triunfo opositor, la pelota se encuentra y seguirá en la cancha de los políticos partidistas y sus gobiernos, que siempre tienen una nueva forma de retorcer las cosas a su favor.

Por ejemplo, aunque la contrarreforma electoral se detenga ahora, nada impide que el presidente se adueñe del INE el próximo año, con la renovación de su presidencia y tres asientos mas en la mesa del Consejo General de dicho OCA. Ahora que lo pienso, esta columna se pudo titular “documentar nuestro optimismo” o “recuerdos del porvenir”.

El último en salir apague la luz y cierre la puerta, por favor.

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@HigueraB
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