Esas palabras usó Julián Lebarón durante una charla acerca de los sucesos de las últimas semanas. A propósito, no hablamos del gobierno ni del presidente de forma específica. Yo quería saber lo que lo que él busca lograr y cómo percibe a México, mientras nos tomábamos un café sin ninguna formalidad o protocolo.
Lo que me dijo impulsa a reflexionar sobre el papel que jugamos cada uno de nosotros en lo que ocurre en el país y nuestra responsabilidad colectiva, algo esencial en nuestros tiempos.
“Nuestro enemigo real es el miedo”, me soltó de sopetón, sin agresividad pero sin concesiones. “Yo creo que México es el país con la gente más noble sobre la tierra y lo que necesitamos hacer es unirnos para quitarnos el miedo que no está en los sicarios, no está en las leyes o el gobierno. El miedo lo tenemos nosotros adentro” me dijo el ranchero de México-Americano que tantas muertes ha soportado en su familia a causa del México bronco.
Sin embargo y pese a las muertes en la sierra o gritos e insultos en CDMX, no se amilana ni pierde su fe en nosotros, en la gente. Busca ver el lado fuerte y humano de este país. “Yo he recibido muchas agresiones en redes sociales y en el Zócalo cuando entramos. Pero caminamos desde Cuernavaca y no vi una agresión en el camino. Vi miles y miles de personas que nos abrazaron y que se solidarizan con las víctimas pues vinieron de todos los rincones de México a marchar con nosotros”.
Sin embargo, la responsabilidad colectiva no la disculpa ni la pasa por alto. Se encuentra convencido de que la forma de vencer la crisis y el miedo “es través de la unidad. Sacrificar nuestras diferencias políticas o culturales o religiosas o sociales por lo que es más importante, el derecho a la vida”.
Para esto, como una voz disonante en el coro de la polarización y la soberbia que atrapa a partidarios y opositores por igual, explica con tranquila convicción cómo nos afecta nuestra propia falta de decisión ante la violencia. “Las balas matan a las personas de todos los partidos, de todas las clases, de todas las religiones, yo creo que ese debe ser el enfoque principal, no solo del presidente sino de todos los mexicanos. Debemos ser capaces de trabajar juntos aunque nos caigamos mal.”
Me adelanto un paso en la conversación y le pregunto si la mexicana es una sociedad cobarde, si estamos vencidos y sometidos y no duda en responder con una sinceridad que no le he visto a ningún político, " Siento que hemos sido una sociedad cobarde por más de 200 años.”
“Hemos aceptado que las elecciones sean la última voz que tenemos en lo que pasa en el país, que vayamos casi como analfabetas cada seis años a marcar anónimamente un papel mientras que vivimos con casi el 100% de impunidad. Yo creo que este cuento de que el poder lo tenemos nosotros y es una delegación es cierto y tenemos que retomarlo porque lo que estamos haciendo no nos funciona.”
“Ningún país que no hay podido defender la vida de su gente y que permita que sean asesinados impunemente conserva su libertad. Se habla de soluciones de la Guardia Nacional para atender el tema de la violencia. Seguramente si ponemos un soldado en cada esquina puede disminuir mucho más la violencia pero eso se va llevar entre las patas toda la libertad que tenemos.”
A insistencia mía, Julián Lebarón me explica su visión de cómo debemos de recupera el valor y nuestra libertad ante los agentes del crimen y de los gobiernos que no cumplen con su deber.
“Cuando asesinan a alguien en cualquier municipio es responsabilidad de todos ir con las autoridades y decirles si tú no puedes resolver este problema te tienes que ir. Tenemos que hacer responsables no solo al director de SP sino a todos los demás encargados que dejaron que las cosas llegaran hasta ahí. Aunque los neguemos, todos somos responsables de la seguridad. Entre más lo neguemos, busquemos excusas y pretextos, más nos quitamos la potencia para lograr la seguridad.”
Al final habla del tema de la unidad, de sus acciones que buscan incidir en cómo actuamos para enfrentar la violencia y la separación entre los que habitamos México.
“La política nos ha dividido tanto que nos hemos podido poner de acuerdo entre nosotros para poder garantizar la vida. No tenemos unidad todavía pero estamos formando una nueva fuerza que no va ser política pero que va tener la capacidad de arrebatar un poder usurpado a cualquier funcionario público.”
Y remata, “Quedarse callado es lo peor. Yo prefiero a la gente que me mienta la madre en la calle a que se quedan callados, que no les importe y no hacen nada. El enemigo de todos es el miedo y la impunidad es la consecuencia de ese miedo y de nuestra cobardía. “
Me despido y salgo de ahí con un mar de emociones encontradas mientras busco ordenar las cosas para escribir. No se trata siquiera de los malos gobernantes o de las organizaciones criminales, se trata de nosotros y de no rajarnos. No vivir de rodillas, según me dijo.
Y de pronto me acuerdo de aquella famosa frase de Burke, “Lo único que hace falta para que el mal triunfe …”
@HigueraB