Una de las cosas que han quedado claras, para muchos mexicanos, es que las elecciones se están volviendo cada vez más inciertas a pesar de lo que digan las encuestas y los voceros oficiales y oficiosos. Parece quedar atrás el breve pero contundente período de dominación casi hegemónica del partido oficial.

¿Esto es bueno?, por supuesto que sí. Idealmente, en un ámbito competido es mucho más probable la alternancia de grupos políticos en el poder, se presenta una mayor posibilidad de que los ciudadanos puedan contrastar candidaturas, personas que aspiran a recibir nuestro voto y propuestas de campaña para decidir cuál logo tacharemos en la boleta antes de introducirla en la urna.

Sin embrago, entre la teoría y la práctica hay que aplicar criterio y analizar el contexto de cada caso. Quizá la única campaña electoral que es susceptible a las generalizaciones es la presidencia, debido a que barca todo el territorio nacional, los partidos y perfiles de los candidatos, así como los hechos internacionales que afectan el nivel de información que tiene el electorado.

Por ejemplo, a nivel de campaña presidencial, las mayores pifias y errores -que por momentos parecen acciones planificadas- las ha cometido la coalición opositora. La publicación de un acuerdo de reparto político de posiciones por parte de Marko Cortés es el mejor ejemplo. Otro es la réplica-imitación de la estrategia de conferencias mañaneras por parte del equipo de la candidata presidencial es otro, bastante obvia en su falta de originalidad.

Sin embargo, las constantes pifias no impiden que lo indicadores de preferencia de voto se muevan a favor, poco a poco, de la candidata de Fuerza y Corazón por México, la cual hace un cierto paralelismo con la monolítica popularidad presidencial, la cual se conserva a pesar de todas las ineficiencias, omisiones y pifias dentro de su gobierno.

De igual forma, hemos visto que los berrinches de los políticos pueden tener consecuencias graves para sus aspiraciones electorales y de sus partidos. Marcelo Ebrard es el ejemplo más notorio, tras hacer una pataleta por la designación de Sheinbaum como Coordinadora Nacional de Defensa de la 4T, esto a pesar de que todos sabíamos quién sería la abanderada oficial.

Localmente, en la CDMX, uno de los ejemplos de esto ha contribuido a la probable pérdida de la alcaldía de Cuajimalpa para la oposición y un cambio en el balance de la

capital. Adrián Ruvalcaba, al igual que su…compañera, Sandra Cuevas, ha demostrado que lo suyo son los reflectores y la creencia equivocada de que no existe la mala publicidad.

Los conocidos berrinches del ex priista, a raíz del proceso de selección de candidaturas de la oposición, ha provocado que dicha alcaldía vaya a pasar por un cambio de colores en su gobierno en este 2024, dejando atrás el tricolor y tomando el manto guinda en la persona de Susana Cueto. La morenista se encuentra a la cabeza de las encuestas y con muchas posibilidades de dejar en el camino a rivales de la talla del actual diputado panista, Jorge Triana.

En otras palabras, ni el morenismo ni la oposición pueden decir aún que la CDMX es suya. Esto dependerá del perfil de los candidatos que se elijan para la batalla comicial y de que nadie se emberrinche. Mario Delgado debe tener cuidado de no cometer las mismas pifias que Marko o Alito en esto y ser más estratégico.

En cuanto a los jaloneos no hay mejor ejemplo que la resucitación de los casos del pasado. Ya sea que García Luna estuvo implicado en el asesinato de Colosio en Lomas Taurinas o que el narco financió la fallida campaña de 2006 de López Obrador, incluyendo las aportaciones de la Barby al plantón de Reforma.

La batalla no es por aclarar quién hizo qué y qué sanción o castigo merece. El campo de batalla que se busca dominar a toda costa es el de la narrativa, posicionando la que más conviene a cada grupo contendiente en la mente del electorado para así anular los planes y posibles victorias del otro bando.

Por esta razón se sacan los viejos esqueletos de los armarios y se habla de nuevo de la conspiración gubernamental para asesinar a Colosio pero olvidando actores como el difunto Camacho Solís o el otrora némesis innombrable, Salinas de Gortari.

De igual forma, aunque no es producto de una denuncia de los “medios sicarios” de México, la bomba publicada por Tim Golden y ProPublica en Estados Unidos es un esqueleto que sirve y servirá a la oposición para romper la imagen que, al interior del País, tiene el actual presidente y su gobierno.

Los días nos indicaran si cada equipo supo enmendar sus estrategias y rutas.

#PequeñoRecordatorio

A millones de mexicanos nos da narcolepsia cada vez que vemos la mañanera, entonces, ¿por qué replicar el modelo para la oposición, Max Cortazár?

@HigueraB

#InterpretePolitico

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