En mi columna anterior comenté que era importante hacer un “corte de caja” de este gobierno en materia educativa, para saber qué herencia recibirá la próxima administración, encabezada por la Dra. Sheinbaum. También señalé que los dos indicadores educativos de mayor relevancia para un país son la cobertura y aprendizaje, que se matizan con el factor de equidad. De acuerdo con las estadísticas de la SEP, de 2018 a 2024, se retrocedió en el indicador de cobertura al reducirse la matrícula neta de la educación obligatoria en aproximadamente 1.6 millones de estudiantes; afectando principalmente a los grupos marginados y a las niñas, en la educación primaria.

El indicador de aprendizaje se entiende como el grado en que los estudiantes dominan los conocimientos y habilidades que se les enseñan en la escuela. Para un país, este indicador se mide a través de evaluaciones que diseñan y realizan instituciones especializadas, tanto nacionales como internacionales, que utilizan las metodologías más avanzadas para asegurar que sus instrumentos sean pertinentes, válidos y carentes de sesgos. Entre las instituciones nacionales que han evaluado el aprendizaje de los estudiantes mexicanos se encuentran la SEP, el INEE y la Mejoredu; mientras que entre las instituciones internacionales destacan la OCDE, la UNESCO y la IEA. Las evaluaciones nacionales son fundamentales porque se centran en los contenidos de los planes y programas de estudio del país. En cambio, las evaluaciones internacionales evalúan las competencias escolares que un grupo de especialistas, altamente calificado, seleccionan como relevantes para tener éxito en un mundo cada vez más comunicado, tecnificado y centrado en la ciencia. Los resultados de aprendizaje son importantes pues nos indican qué tan bien funciona el Sistema Educativo Nacional (SEN) para formar a sus estudiantes y dotarlos de las herramientas intelectuales que les permitan tener éxito en la vida.

Desgraciadamente, el gobierno de AMLO nunca entendió que la evaluación del aprendizaje es una valiosa herramienta educativa cuyo principal propósito es ayudar a los estudiantes a aprender mejor (identificando sus fortalezas y debilidades) y orientar al SEN a conocer en qué medida está logrando su principal meta: el aprendizaje de todos los estudiantes, independientemente de su género y condición sociocultural. Sin embargo, durante este sexenio, el presidente y las autoridades educativas se encargaron de denostar la evaluación de estudiantes, etiquetándola de punitiva, colonialista, descontextualizada, empresarial e injusta. Con esta miope y equivocada visión, el actual gobierno eliminó al INEE (quien fungía como un INEGI educativo) y canceló su participación en las evaluaciones latinoamericanas de la UNESCO.

Hay que recordar que, históricamente, el aprendizaje en México ha sido muy pobre e inequitativo. Sin embargo, por una pésima gestión de esta administración este indicador empeoró significativamente, de acuerdo con la poca información que se tiene a la mano. Así, las evaluaciones nacionales realizadas por la Mejoredu (2023) muestran que, en una escala del 1 al 10, los escolares obtuvieron una puntuación entre 3 y 4 en matemáticas y de 4 a 5 en español. Por su parte, las evaluaciones internacionales de PISA (2022) muestran que sólo una tercera parte de los estudiantes de 15 años de edad dominan las competencias básicas de matemáticas, y la mitad de los alumnos las relacionadas con la ciencia y la lectura. Por imprudencia, se perdió el registro histórico de los resultados de las evaluaciones nacionales, iniciadas en 2004 por el INEE, ya que ni la SEP ni la Mejoredu continuaron realizando estas evaluaciones ni las sustituyeron por otras equivalentes, con el propósito de conocer el progreso educativo del país a lo largo de los años. Paradójicamente, el único registro histórico del logro educativo con el que México cuenta hoy no es nacional sino internacional: el de la OCDE. Gracias a esta organización, ahora, sabemos que, durante este sexenio, no solo dejaron de asistir muchos estudiantes a la escuela, sino que los que asistieron aprendieron menos que en los sexenios anteriores.

A la Dra. Sheinbaum le heredan un país más empobrecido educativamente, condición que podrá agravarse, aún más, con la implementación del nuevo currículo, que borró literalmente los contenidos de matemáticas, ciencias y lenguaje. Los resultados de PISA-2025 seguirán dando cuenta del tamaño del daño educativo atribuible a la 4T.

Presidente del Consejo Directivo de Métrica Educativa, A.C.

@EduardoBackhoff

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