Un buen amigo mío me compartió el documento --del Imperial College de Londres-- titulado COVID-19 and Scenario Planning (InnovationLabs, 26/3/20). Se trata de un “experimento mental” sobre los posibles impactos de corto y largo plazos que podría tener la crisis mundial del Coronavirus. Aunque se parte de la premisa de que el futuro no se puedo predecir, se asume que prepararse para este futuro sería un buen camino para poder mitigar los efectos de la pandemia. El informe es una lectura fascinante y aterradora, a la vez, pero una lectura básica para las autoridades, tomadores de decisiones, académicos y público en general. El enfoque no se centra en los aspectos médicos del Coronavirus, sino en sus consecuencias económicas y sociales. Por su importancia, hago una síntesis de este informe en dos artículos.
El informe parte del hecho de que las predicciones sobre el futuro del COVID-19 han sido erróneas en casi todos los aspectos. Las cosas que se creían verdaderas hace unas semanas han sido revertidas hoy, con nuevos hallazgos y resultados inesperados. Ante la incertidumbre, toma relevancia la planificación de escenarios, ya que permite visualizar el futuro y, en consecuencia, anticipar opciones que puedan atender nuestras necesidades. El informe analiza ocho factores en escenarios opuestos: 1) gravedad del virus: no muy mala-brutalmente mala, 2) duración de la pandemia: corta-interminable, 3) recurrencia: única vez-regresa anualmente, 4) tratamiento: efectivo-inefectivo, 5) respuesta gubernamental: muy proactiva-lenta y tardía, 6) economía global: pasajera-colapsa, 7) impacto político: no importante-severo y 8) impacto social: no pasa nada-pánico total. Estos ocho factores (F) se combinaron por pares para analizar posibles escenarios. Cada escenario produce cuatro resultados: F1 bajo y F2 bajo, F1 bajo y F2 alto, F1 alto y F2 bajo y F1 alto y F2 alto. Aunque las distintas combinaciones que se pueden formar son 28, en el documento solo se analizan las cuatro que hacen más sentido:
Escenario 1: mortalidad y respuesta del gobierno.
Si el virus no fuera grave o contagioso, poco importa la pronta respuesta del gobierno. Pero estando en el escenario opuesto, la respuesta de un gobierno es sumamente importante. La experiencia de hoy nos ha mostrado que los gobiernos que reaccionaron más rápidamente a restringir la movilidad de los individuos y la convivencia social han sido quienes mejor han podido enfrentar la infección. Posiblemente, podríamos decir que también lo han sido quienes promueven el uso de mascarillas y las detecciones tempranas.
Escenario 2: duración e impacto económico.
En este caso los cuatro resultados son importantes de anticipar, pues estamos ante una incertidumbre total. Si la duración de la pandemia es corta, su impacto en la economía será más previsible. Pero si es larga, tendrá un efecto importante (y hasta desastroso) en la economía global, que puede ir de una recesión económica temporal (con una pandemia corta) a una depresión económica total (con una pandemia larga).
Escenario 3: recurrencia e impacto político.
Este escenario también es muy incierto, pues no sabemos nada de la recurrencia ni del impacto político que tendrá en los gobiernos. Lo que sí es claro es que la percepción de los ciudadanos sobre el “buen” manejo gubernamental de la crisis afectará las elecciones presidenciales por venir. La crisis ha dividido a los ciudadanos, entre quienes ven que lo que hace el gobierno está “todo bien” o “todo mal”. Lo mismo ocurre en los estados, con los gobernadores que toman decisiones distintas a las de la federación, cuyo impacto político podrá ser visto como un experimento social.
Escenario 4: tratamiento e impacto social.
El impacto social se verá con mayor claridad con el paso del tiempo, pues la toma de conciencia de lo que ocurre se da de manera distinta. Así, mientras que los adultos están recluidos en sus casas, los jóvenes siguen teniendo reuniones sociales. Si la pandemia continúa, las personas recluidas querrán volver a su vida normal. Si la tasa de mortalidad sigue siendo alta, si la economía cae en una recesión o depresión y si no hay tratamientos disponibles, debemos esperar que las actitudes de las personas se deterioren drásticamente. Por el contrario, también podremos ver un resurgimiento del espíritu comunitario.
Crear los escenarios base, como acabamos de ver, es solo el primer paso. Posteriormente, habrá para ver qué acciones debemos de emprender, lo que será tema de la siguiente entrega.
Presidente del Consejo Directivo de Métrica Educativa, A. C.
@EduardoBackhoff