En un artículo reciente, publicado en este diario, comenté que la contingencia sanitaria del COVID-19 ha tenido mayor impacto en las poblaciones más vulnerables, como son los casos de los indígenas, discapacitados y personas en pobreza extrema. En el ámbito educativo esto ha implicado que las brechas de aprendizaje se hayan expandido, aunque por el momento no sabemos exactamente en qué proporción. Por desgracia, el lema de campaña de López Obrador, “los pobres primero” se hace realidad, pero en sentido inverso: lo pobres serán los primeros en salir del sistema educativo y los últimos en aprender.
Al respecto, la UNESCO ha estimado que el cierre de escuelas y la interrupción prolongada de clases ha afectado a cerca del 87% de la población estudiantil mundial; es decir, a cerca de mil 500 millones de alumnos. Para poder continuar impartiendo educación a todos los niños y jóvenes en los cinco continentes, esta organización internacional acaba de lanzar el programa Coalición Mundial para la Educación , que busca ayudar a los países a ampliar y mejorar sus prácticas de educación a distancia, para que tengan la posibilidad de poder llegar a todos sus estudiantes, especialmente, a aquellos que son más vulnerables y desfavorecidos y, por lo tanto, que están en mayor riesgo de interrumpir su aprendizaje escolar. Esta Coalición es una iniciativa que busca la acción coordinada e innovadora de todas las naciones y organizaciones para encontrar soluciones educativas que fortalezcan los procesos de enseñanza-aprendizaje en condiciones de confinamiento, con un enfoque de inclusión y equidad.
En prácticamente todo el mundo, desde que se interrumpieron las actividades escolares para contener los contagios del COVID-19, los gobiernos han implementado (más por intuición que por evidencias científicas) distintos mecanismos para que los estudiantes aprendan en forma remota . Sin embargo, se han enfrentado con una diversidad de problemas que han limitado en gran medida sus esfuerzos, entre los principales: 1) la falta de equipo digital y de Internet en muchos hogares, 2) la falta de materiales digitales adecuados para todas las asignaturas y grados escolares, 3) la dificultad de hacer una entrega efectiva de los pocos objetos de aprendizaje disponibles ya sean digitales, televisivos o impresos, 4) el apoyo insuficiente a maestros para que implementen prácticas pedagógicas-a-distancia eficaces, que desconocían y para las cuales no estaban preparados a utilizar, 5) la dificultad de orientar a padres de familia en su nuevo rol de “ayudantes de maestros” y corresponsables del aprendizaje de sus hijos y 6) la falta de motivación de los escolares por estudiar de manera autónoma y su falta de preparación para convertirse en autodidactas.
Por ello, la Coalición busca ayudar a todos los países a implementar soluciones innovadoras y adecuadas a su contexto social, a fin de que tengan la capacidad de proporcionar educación de forma remota y de manera eficaz, aprovechando todos los enfoques posibles: los de alta, baja y nula tecnologías. Asimismo, proporcionará herramientas digitales y soluciones de gestión del aprendizaje que se puedan utilizar en distintos países. Además, seleccionará diversos recursos para el aprendizaje-a-distancia y fortalecerá la experiencia técnica de las naciones, utilizando una combinación de tecnología y enfoques comunitarios que se adapten a los contextos locales. La UNESCO pone especial énfasis en la equidad, dado que el cierre de los centros escolares ha perjudicado desproporcionadamente a los estudiantes más vulnerables y desfavorecidos, que dependen de los centros escolares para tener acceso a una gama de servicios sociales, incluidos la salud y la nutrición. Igualmente, pretende facilitar el regreso de los estudiantes a la escuela cuando éstas vuelvan a abrir, para evitar un aumento en las tasas de abandono escolar. Finalmente, la Coalición se esforzará por dar soluciones gratuitas y seguras, uniendo los diversos esfuerzos para abordar, entre otros, los desafíos de conectividad y de contenido pedagógico.
Entre los organismos que se han sumado a esta iniciativa mundial destacan: la Organización Internacional del Trabajo, la Alta Comisión de la ONU para los Refugiados, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, la Organización Mundial de la Salud, el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y el Banco Asiático de Desarrollo. Igualmente, se han sumado organizaciones filantrópicas como Khan Academy, Dubai Cares, Profuturo y Sesame Street. Lo mismo ha sucedido con el sector privado, como son los casos de Microsoft, Google, Facebook, Zoom y Coursera. Finalmente, algunos medios de comunicación también han sido receptivos a asta iniciativa, como es el caso de la BBC.
En síntesis, la UNESCO está movilizando esfuerzos internacionales para enfrentar los efectos nocivos de la pandemia en materia educativa, que afecta principalmente a las poblaciones más vulnerables. Para mayor información, consulte: https://en.unesco.org/covid19/educationresponse/globalcoalition
Presidente del Consejo Directivo de Métrica Educativa, A. C.
@EduardoBackhoff