Los organismos constitucionalmente autónomos (OCA) juegan un papel fundamental en el fortalecimiento de la democracia mexicana. Para poder cumplir con las funciones que les confiere la Constitución, estos organismos deben ser capaces de actuar con plena independencia de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Para ello, quienes forman parte de sus juntas de gobierno no deben obedecer a intereses políticos ni económicos, incluyendo al presidente de la República y al partido en el poder. Esto viene a colación, dado que en estos días se realiza el proceso para elegir a cuatro consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), quienes permanecerán en su cargo once años y tendrán gran fuerza para fortalecer o debilitar la institución. El INE representa uno de los OCA más importantes para la vida democrática del país, pues es el encargado de organizar las elecciones federales —Presidencia de la República, Diputaciones Federales y Senadurías—y de coordinar, con los organismos electorales locales, las elecciones de Gubernaturas, Diputaciones y Ayuntamientos o Alcaldías de la Ciudad de México. Asimismo, interviene en otros procedimientos de participación ciudadana y procesos de revocación de mandato.

La metodología general para seleccionar a los próximos consejeros y consejeras del INE la acaba de aprobar la Junta de Coordinación Política de la LXIV Legislatura de la Cámara de Diputados (JCP), que se trabajó de manera conjunta con el Comité Técnico de Evaluación (CTE), conformado por siete ciudadanos (13/2/20). La metodología específica contempla las siguientes etapas: 1) depuración de la lista de aspirantes, verificando que cumplan con los requisitos que marca la Constitución y la Convocatoria (10/3/20), 2) elaboración, aplicación (11/3/20) y evaluación de los conocimientos a cargo exclusivamente del CTE, 3) selección del 50% de los aspirantes con mejores calificaciones (no necesariamente aprobatorias) que pasará la siguiente etapa (12/3/20), que consistirá en revisar los expedientes por parte de dos integrantes del CTE (CV, Exposición de motivos y Ensayo), 4) entrevista de aspirantes (19-21/3/20) por al menos cuatro miembros del CTE, 5) conformación de las cuatro listas de cinco candidatos, para su remisión a la JCP y 6) elección de los cuatro consejeras(os) por parte de la Cámara de Diputados.

Dada la importancia de este evento para la vida nacional, la metodología para la selección de consejeras(os) debería ser completamente transparente y basarse en las mejores prácticas evaluativas. Desgraciadamente, la metodología aprobada es bastante arcaica y no cumple con los mínimos criterios de validez y confiabilidad. Aunque se enlistan las características a considerar en el CV, no se detalla la forma de evaluarlas; tampoco se explicitan los criterios para evaluar la exposición de motivos, no se mencionan las rúbricas (criterios de calificación) para evaluar el ensayo, ni se hace referencia a la forma en que se calificará la entrevista. Sin embargo, lo más débil de esta “metodología” es lo correspondiente a la elaboración del examen de conocimientos, que filtrará al 50% de los aspirantes, dado que ninguna de las personas que integran el CTE es especialista ni tiene experiencia para diseñar, desarrollar y validar exámenes de gran escala, estandarizados, de opción múltiple y con consecuencias duras. Y, aunque lo fueran, les sería imposible hacer un buen instrumento en unos cuantos días.

Solo para poner un ejemplo de cómo hacer mejor las cosas. El diseño y elaboración de los exámenes para seleccionar a los comisionados del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y de la Comisión Nacional de Competencia Económica (COFECE) requirieron de: la participación de las instituciones de educación más prestigiadas del país, cerca de cincuenta especialistas en los diversos temas de los exámenes, así como especialistas en psicometría que dirigieron el proceso de elaboración y depuración de las pruebas de conocimiento. El proceso entero se llevó más de medio año de trabajo colegiado. Desgraciadamente, la JCP no supo asesorarse de especialistas que hayan trabajado el tema con éxito, como es el caso del Comité de Evaluación del IFT y la COFECE, conformado por los presidentes de BANXICO e INEGI (asesorado por especialistas en evaluación).

En síntesis, la metodología para seleccionar a los consejeros del INEE deja mucho que desear, pero, sobre todo, deja un gran margen para la improvisación y la discrecionalidad, lo que no augura que se seleccionen a los mejores candidatos(as). Espero no tener la razón.

Presidente del Consejo Directivo de Métrica Educativa, A. C.
@EduardoBackhoff

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