La semana anterior fue de auténtica fiesta para López Obrador, con una alegría proveniente no del ponche, las piñatas o la carta a Los Reyes, sino de un poder que al menos en el papel es independiente.

Es la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Tribunal cimero del Poder Judicial de la Federación, que una sobre otra le regaló dos decisiones que pusieron de buen humor al inquilino del Palacio Nacional.

En un afán Chimoltrufio, que como te digo una cosa te digo otra, el Tribunal Constitucional que en otras ocasiones ha irritado al Presidente, ahora fue la causa eficiente de sonrisas y cánticos de victoria en plena mañanera.

Qué momentos aquellos en los que López Obrador hacía sarcasmo sobre la palabra “Justicia” en el nombre del Tribunal. Que bah!

No. El martes todo fue actitud de victoria y aprobación como reinicio de un viejo amor, por las más recientes decisiones de la Suprema instancia jurisdiccional.

Las dos resoluciones tienen que ver con dos de sus odiados organismos constitucionalmente autónomos. Uno, el Instituto Nacional Electoral y el otro también Instituto nada más que éste de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos personales, el INAI.

Ambas fueron por la vía de la Controversia Constitucional, que como los abogados dicen es uno de los Medios de Control Constitucional donde también se encuadran la Acción de Inconstitucionalidad y el Juicio de Amparo.

En el caso del INE, la Corte les dio palo para abrir boca, pero no definitivo por una circunstancia jurídica que NO es menor.

Si bien el Tribunal Constitucional rechazó suspender por el momento el reclamo presupuestal del INE, vinculado a la realización de la consulta por revocación de mandato, la decisión final está por verse y no hay nada para nadie. Los abogados dicen que está subjudice.

Y lo está porque la Controversia presentada por el INE no se ha decidido de fondo en la Corte por una situación que no es nimia: aún no es un hecho consumado, según la ley, que se haga la consulta pues NO se han recolectado los indispensables dos millones ochocientos mil firmas (en números redondos).

Y mucho menos con la polémica decisión mayoritaria del Consejo General del INE que al atardecer del Viernes decidió que ante la carencia de recursos para hacerla, la consulta sobre revocación de mandato ha sido simplemente pospuesta. Solo seguirán el proceso de las firmas, pero de capacitación a personal, nada.

El primero que hizo profesión de fe de su morenismo galopante fue el Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, al anunciar que desde San Lázaro presentarán dos denuncias contra el INE por la resolución tomada: una ante la Fiscalía de la República y otra ante la Suprema Corte.

Y López Obrador que llamó a los Consejeros del INE “abogados huizacheros” y promotores de “chicanas”, al tiempo de mostrar públicamente su certeza de que el asunto irá al Tribunal Electoral, para llevar a lo litigioso la posposición decidida por el Consejo General del INE.

Se espera ahora un buen agarrón por el célere de los promotores de las firmas y las presentaciones irregulares en la aplicación del INE y los garabatos que están entregando en papel. Por el momento es anecdótico el afán de engordar la aplicación, pues casi 20 por ciento de los “firmas” registradas tienen irregularidades, como presentar fotografías de perros, sillas y fotocopias de credenciales.

Aunque ya se sabe que los morenistas, como expriístas y experredistas enriquecidos por la sabiduría de los movimientos de banqueta, son buenos para la magia, la votación desde los panteones, el taqueo de listas, el negocio del abarrote y hasta el lanzamiento de silla para reventar actos públicos.

Sin contar la decisión del INE, la Corte le hizo ganar a Amlo al menos el primer round de la imagen pues tomó ventaja ante la percepción popular, terreno natural y predilecto del personaje de las mañaneras.

Para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación se pronuncie sobre el fondo de la Controversia presupuestal del Instituto Electoral, tiene que ser un hecho consumado el que deberá hacerse la consulta de revocación. Cada vez más permea la convicción de que se trata de un capricho surgido de la parte más terca del Ego Palatino. Más de Tres Mil Millones de pesos costará el envite, nada menos que tres veces más el presupuesto anual de otra joya de la democracia mexicana: el INAI, tan vituperado y pisoteado por Amlo en las mañaneras por presupuestar cada año ¡una tercera parte¡ de lo que costará el ejercicio del espejito, espejito.

Y el segundo motivo de alegría de López Obrador en relación con la Corte es la suspensión parcial otorgada al Instituto, ante la Controversia presentada por el organismo autónomo contra el “Decretazo” . La decisión de la Corte de suspender parcialmente los efectos del llamado “Acuerdo” causó dos alegrías: una de fondo y otra de esas que los abogados llaman “para efectos”.

La de fondo es la de López Obrador, porque con la suspensión otorgada al INAI, solo para NO conceder automáticamente reservas de información sobre las obras de la administración obradorista, al mismo tiempo el resto del “Decretazo” ha sido validado por la Corte en lo que verdaderamente le interesa a Andrés, que es operar a sus anchas. No es poca cosa.

Otra felicidad, no menos intensa, se produjo en las oficinas al sur de la ciudad del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales.

Elegido el INAI como uno de los sacos de boxeo recurrentes de López Obrador desde que inauguró sus mañaneras, en medio de los mamporros al fin le ganaron una al Jefe del Ejecutivo después de haber sido colocados en la parte central de sus expresiones peyorativas y de sus hordas en San Lázaro los han golpeado persistentemente en el terreno presupuestal, año con año.

También en el campo de la percepción, el Instituto de Transparencia ganó, y al tiempo en el garantismo de nuestro sistema jurídico. Por eso salieron a celebrarlo, e hicieron bien.

Las expresiones de sus Comisionados, comenzando por su Presidenta Blanca Lilia Ibarra, fueron las de un ganador en medio de una pelea dispareja que habían perdido permanentemente desde que López Obrador avanzó en el 2018.

Con la aceptación de su Controversia, los del INAI lograron que se anulara la negativa a priori de proporcionar información sobre las obras públicas de esta administración, pero le hicieron un enorme servicio a López Obrador logrando que la Corte al mismo tiempo validara “el Decretazo”.

TRIUNFÓ PIRRO

Claro que todavía falta la decisión final de la Corte sobre el proceso de Controversia Constitucional que en su materia emprendió el INAI, pero el rumbo inicial da motivos de aliento al organismo sobre todo porque desde el principio de esta administración tienen fundados temores de que López Obrador los desaparezca.

El otorgamiento de esta suspensión al INAI es una bombona de oxígeno que no había tenido en más de 30 meses: la decisión sobre la Controversia refuerza el marco jurídico de la existencia del organismo autónomo.

Para el Instituto de Transparencia, ganando como Pirro, las cosas no cambiarán mucho. Ya saben que a pesar de haberle arrebatado una a Amlo en el terreno jurisdiccional, en la práctica de acceso a la información van a seguir las negativas y falsas “inexistencias” de la información solicitada por los ciudadanos y apoyada por los recursos del Pleno del Organismo Autónomo.

¿O alguien piensa que una parcial victoria del INAI modificará la ya conocida actitud de este gobierno de elusión, engaño, opacidad y resistencia hasta el extremo para entregar la información, las que siempre combate el INAI con sus resoluciones?

No habrá nada nuevo bajo el sol en materia de acceso a la información con este Gobierno de Constitucionalistas Cuneiformes y operadores legales formados en las pinturas rupestres de Altamira. (Por cierto 4T, no es en Tamaulipas).

Su atracción fatal con el ayer de los ‘70s los define, cavernarios que son.

Les deseo un gran día de sol.

arvizumeduardo@gmail.com
Twitter @undatosrarvizu
FB Eduardo Arvizu Marin.

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