El día es hoy. Tendrá que quedar señalado de manera especial en la historia de México.

Desde las primeras horas estarán abriendo las más de 50 mil casillas que el INE instaló gastándose unos 1,500 millones de pesos para que las esperanzas de futuro de Andrés Manuel López Obrador tengan desde ahora una métrica más sólida que las simples preferencias expresadas en las encuestas.

No hay duda… López Obrador necesita una dimensión que le dé idea de las áreas del país donde necesita intensificar sus regalos de dinero y palpar qué tan aceitada está la maquinaria guinda para efectos electorales.

Silencio señores, cámara, acción, ensayo general para el 2024. Al autócrata que no ha permitido que nadie crezca bajo su sombra, como no sea su aparente predilecta, le urge medirle el agua al cocido.

Por eso se le ve sujeto a prontos, cada vez menos observante de la ley y por supuesto de las formas, cada vez más directo con sus colaboradores en función de la promoción del ejercicio, cada vez más impositivo y de mal humor. Cada vez más perfilado a la autocracia.

Hoy es el día que México inaugura una figura democrática que podría ser de excepción, con ley ad hoc, pero distorsionada por el Partido en el Gobierno, sus gobernadores, prácticamente todos sus funcionarios de primer nivel y, por supuesto, por el propio Presidente que una mañanera sí y otra también, se ha dedicado a lanzar denuestos contra el árbitro y ha promovido su consulta de hoy, violando la ley.

Pero alguna información grave debe tener previamente López Obrador sobre su ensayo para haber iniciado directamente él, y provocado en todo el sistema en el que influye, una serie de atropellos legales que ni en los más rumbosos y abusivos tiempos del PRI pudimos ver en el quehacer político.

Cuatro botones de muestra:

La excepcional amenaza de López Obrador dirigida a los ministros de la Corte: “... a mí no me vengan con el cuento de que la Ley es la Ley…”

El también excepcional striptease que escenificó en Coahuila y Sonora el hasta entonces circunspecto y moderado secretario de Gobernación que anunció el “final” de los consejeros del INE. ¡Whaaat!!

La filtrada reunión que al principio de marzo tuvo López Obrador con todos los Gobernadores Morenistas y en la cual les dejó claro. “… Hay que mover la consulta, como sea…” Y cuando le preguntaron por los recursos para hacerlo, contestó desde ese pecho que no es bodega: “…háganle como quieran, pero no hay dinero…”

Y por si poco representasen estos temas, un despropósito solo imaginable en un cuatroteísmo ciego, irresponsable y sin sustento alguno en la ley: la propuesta con cara de amenaza que Morena presentó ante del Consejo del INE por su asociación “Que siga la democracia”, para ¡¡poner este domingo ellos mismos sus propias casillas y recibir directamente votos de la ciudadanía!! Ufff, eso es cara dura.

EL CUENTO DE LA LEY

Ni en los tiempos más estrambóticos del PRI o en el Foxismo de las tepocatas y las víboras prietas se había producido una expresión más atrevida y con tanto significado como la que dijo López Obrador en la mañana de media semana.

Y es que la Suprema Corte le había dado palo con una parte de la Ley de Austeridad Republicana referida a la prohibición a los funcionarios públicos no podrían trabajar en el sector privado del área donde prestaron sus servicios, durante diez años después de dejar el cargo.

Y planeando como ave de rapiña sobre el Pleno de la Corte, teniendo en el atril la discusión del tema de la Iniciativa de Ley Eléctrica, les dejó este mensaje a los ministros y a todos los que quisieron escucharlo… que a él no le vengan con el cuento de que la Ley es la Ley.

Además, les dijo que no piensen como abogados empresariales sino como integrantes del pueblo.

¿Alguien le habrá notificado que Arturo Zaldívar viene de ser abogado empresarial. Que cabildeaba y litigaba en favor de empresas farmacéuticas y en algún momento hasta de una productora de singular bebida embriagante?

El despropósito es mayúsculo. Muestra el grado de desesperación al que ha llegado el Presidente de la República ante las contrariedades que el Derecho le ha propinado desde diversos flancos.

Y esto del cuento de la ley lo dijo cuando todavía no conocía el resultado de la votación de los ministros que no declararon la inconstitucionalidad de la LIE, aunque siete de ellos así lo votó.

Pese a que López Obrador lo manejó de dientes para afuera como un triunfo de su gobierno, en realidad la Ley de la Industria Eléctrica NO fue validada como constitucional y por el contrario fue ese grupo mayoritario de siete ministros que claramente votó por lo contrario.

Y si en lo anecdótico caemos, un ministro de origen Peñista, que habitualmente había votado contra las iniciativas cuatroteístas, simplemente se montó a su palco de fuego y le aportó a López Obrador el cuarto voto que no quiso entregar el pudor y decencia del ministro, Juan Luis González Alcántara.

Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, con la prosapia del segundo apellido y desde sus 53 años cayó seducido por el canto de las sirenas que a su paso en los mares de la Odisea le cantaron para ofrecerle, entre Adán Augusto y Arturo, las mieles de la Presidencia de la Corte para el 2 de enero próximo.

Y es que Arturo le trasladó su experiencia: entre un par de compras de votos de ministras y ministros, por medio de una toma y daca, y el apoyo que la 4T le dio a través de Julio Scherer y John Ackerman, se le hizo ocupar un sitial del que ya se gastó casi tres años y medio.

Muy cerca del oído del ministro Gutiérrez cantaron Bucareli y Pino Suárez 2 y ya le prometieron cosas, quizá la que más desearía en su paso por el Supremo Tribunal. De ahí el sorprendente sentido de su voto, inesperado por muchos motivos.

Y LES DIERON EL AVIÓN

Tan demócrata e imparcial, hombre de estado, que parecía el secretario de Gobernación traído desde el Edén, para descomponerse con motivo de la promoción del ejercicio de la revocación de mandato, que en mañosa y podrida maniobra el oficialismo convirtió en “ratificación”.

Sin pudor de ninguna especie, empujado por el desgañitado grito mañanero de López Obrador tomó un avión de la Guardia Nacional, se hizo acompañar por Mario Delgado, por el propio director de la Corporación, General Luis Rodríguez Bucio y el propio subsecretario de Seguridad Pública del país, Ricardo Mejía Berdeja.

Y al grito de fuera máscaras y quítense hasta los guantes de box, escenificaron lo que ni los más impúdicos priístas o los más apurados panistas se habían atrevido: que un alto cargo militar con su uniforme oficial se haya presentado en un acto del partido en el gobierno.

Todos, llevados a Coahuila y Sonora para que en medio del más descarado ejercicio de proselitismo expresamente prohibido por la Ley de Revocación de Mandato, el desnudado de contención Adán Augusto promoviera la revocación y hasta vaticinara las honras fúnebres de los actuales integrantes del árbitro electoral, autónomo e independientes para pesar de los desprovistos de antifaz.

Pero no es todo.

Logró mantenerse en discreción por semanas, pero al fin se supo por filtraciones. Una mañana de los primeros días de marzo, López Obrador juntó a los gobernadores de su insignia.

Sin pensárselo mucho, el Presidente les ordenó que se convirtieran en promotores de la consulta en sus Estados. Ya se sabe que los procesos electorales son trabajo de los Gobernadores. En otro tiempo, por la vía de las participaciones les enviaban “con qué” trabajar políticamente las elecciones y crear las condiciones para que ganaran los candidatos oficialistas.

La diferencia con el pasado priísta y panista es que ahora no hubo maletines de dinerario o promesas de transferencias. Pero de que la instrucción precisa existió…

Y ya para cerrar ese florilegio de trampas y atropellos a la ley desde los gobiernos y las representaciones morenistas, hay que contar la estolidez de los directivos de la asociación “Que siga la democracia”, atrevidos como son, que intentaron meter por la vía del INE una propuesta para ellos instalar sus propias casillas de votación este domingo.

En abono de esta organización hay que decir que se encargaron de recabar las firmas para que la solicitud ciudadana hiciese posible la realización de la consulta revocatoria.

Y el abono consiste es que no solo rescataron la costumbre priísta de hacer votar o firmar a los muertos, sino que en medio de una creatividad insólita llevaron firmas de mascotas, muebles y prados con pasto bien crecido.

La sorpresa nos la puede dar el INE en las próximas horas, mandando el expediente de la Consulta al Trife, buscando su anulación con base en las 172 quejas por irregularidades recibidas desde noviembre.

Vaya a Ver. Lo cierto es que ese ensayo general para el 2024 se sustenta en una voz desde un pasillo del Palacio Nacional que cada mañana les dice lo de Don Teofilito… “Por Mis Polainas…”

Les deseo un Gran Día de Sol.


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