El triunfo arrasador de la doctora Claudia Sheinbaum, quien se convertirá en la primera Presidenta de la República y la conformación que se prevé de las cámaras, con amplia mayoría de Morena y los otros partidos que apoyaron su candidatura, muestran una clara definición del electorado en favor de un gobierno con capacidad de maniobra y con la fuerza que todo Ejecutivo requiere; devolviéndole facultades que le han sido arrebatadas por una proliferación excesiva de órganos autónomos; que cuente con un respaldo total en los órganos legislativos, y que el Poder Judicial no actúe como opositor. Esta es la plataforma que presentó con firmeza a la ciudadanía la Presidenta electa y que logró indiscutible apoyo popular.

Por eso es un error insistir en la idea de que el poder del Ejecutivo requiera contrapesos en otros órganos. El Legislativo no tiene porque frenarlo, al contrario, está para apoyar el proyecto aprobado mayoritariamente en las urnas. La exageración del valor del pluralismo acaba por ser un factor antidemocrático. El predominio de la mayoría es lo definitorio de la democracia. Es la fórmula insustituible en un sistema como el parlamentario. Nadie niega valor democrático a este sistema que exige necesariamente la existencia de una mayoría legislativa que apoye al gobierno. Constituiría un gran contrasentido pensar que el Primer Ministro requiere obstáculos de los legisladores que impidan la concreción de su plataforma de gobierno. En toda democracia, existe sí, un método de contrapeso frente al poder, y este es el ejercicio del voto en las urnas, que puede variar el rumbo, modificando el apoyo otorgado a las fuerzas políticas.

El Poder Judicial tampoco tiene que concebirse como contrapeso que favorezca los intereses de la minoría legislativa frente a la mayoritaria. Su misión es resolver los conflictos que se presenten en la sociedad y aplicar la ley que el legislativo ha emitido, sin dedicarse a cuestionarla permanentemente.

El triunfo de la Dra. Sheinbaum significó asimismo la reiteración del absoluto rechazo popular al modelo neoliberal cuya larga permanencia ha sido muy perjudicial en todo el mundo por la alta concentración del ingreso que agudiza la desigualdad. Pero los vestigios de ese neoliberalismo se engolosinaron con la presencia engañosa de la marea rosa, sin considerar que esta representa un sector minoritario cuya ideología lo llevó a oponerse al gobierno. Lo paradójico es que ese mismo sector fue favorecido por una economía en desarrollo. Olvidaron un principio fundamental de la política que durante la campaña de Clinton en Estados Unidos se resumió en la expresión “Es la economía estúpido” con lo que se resaltaba la importancia de la satisfacción de las necesidades colectivas como un factor central en el éxito político. Perdieron de vista que el incremento muy considerable en el salario mínimo, el crecimiento del empleo, la disminución de la pobreza y la estabilidad macroeconómica que se consiguieron, constituyen la fórmula perfecta para corregir los excesos neoliberales, sin violentar los intereses externos que nos condicionan indefectiblemente. La reafirmación de la mayoría electoral permitirá al gobierno de la doctora Sheinbaum consolidar los avances del proyecto que la gente respaldó abrumadoramente el pasado domingo.

Investigador de El Colegio de Veracruz y Magistrado en Retiro. @DEduardoAndrade.

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