Read in English
El operativo de ayer en una de las colonias más representativas del centro de la Ciudad de México, que las autoridades locales han presumido que se efectuó sin necesidad de soltar un solo disparo y con una precisión casi quirúrgica, llevó a la detención de 31 presuntos integrantes del grupo delincuencial autodenominado La Unión Tepito.
En el corazón de uno de los barrios tradicionalmente más aguerridos y resistentes a la autoridad —no por nada su sobrenombre de “barrio bravo”—, en donde han sido ya varios los operativos —anteriormente contra piratería y mercancía de contrabando— que en el pasado se han salido de control y han degenerado en trifulcas y motines sociales que han estado a punto de trastocar la vida de toda la capital, esta vez la coordinación entre autoridades de distintos niveles y corporaciones dio por resultado un operativo exitoso en el que tuvieron una participación central los elementos de la Marina.
Además de la marihuana y la cocaína decomisadas, también se localizó un arsenal con armamento de diverso calibre, que incluía granadas y un lanzacohetes; vehículos con reporte de robo, un laboratorio para procesamiento de drogas, un sofisticado sistema de videovigilancia y un túnel que conectaba dos distintos domicilios, por el que se presume escapó “El Lunares”, líder de La Unión Tepito.
Ha quedado claro que en la Ciudad de México el problema del narcotráfico ya no nos es ajeno ni se puede minimizar bajo el calificativo de narcomenudeo, dado que el operativo de ayer y los inmuebles cateados, así como la cantidad de los materiales encontrados, hablan por sí solos de la existencia y funcionamiento de un cártel en toda forma, compartiendo ya muchas de las características de sus similares en el norte, occidente y zona del Golfo. Asimismo, la diversidad de objetos e instalaciones ejemplifican cómo es que comienza a estructurarse y ramificarse una organización criminal de narcotráfico.
Es también de reconocer que en la operación policiaco-militar de ayer y la labor de inteligencia y coordinación detrás de ésta, tanto por la magnitud y sus alcances, como por la preservación de vidas humanas y la casi nula afectación a terceros, funciona como ejemplo de lo que es llevar un operativo con un muy cuidado grado de planeación, cuyos favorables resultados han quedado más que evidentes. Y aun cuando el líder del grupo pudo escapar, el resultado global de la operación tuvo un sabor a éxito.
Desafortunadamente, el de ayer contrasta con el fallido operativo efectuado en Culiacán y que desnudó la serie de fallas, errores y descoordinación entre los cuerpos que participaron en su ejecución, en el que por cierto, no se contó con la intervención de la Marina. Para la reflexión y el análisis entre uno y otro caso.