Miles de mexicanos, extrañados, incluso boquiabiertos y sorprendidos, no daban crédito anteanoche a lo que leían. Muchos esperaban que se tratara de una noticia falsa o la obra de un hacker como lo había sido la carta apócrifa que supuestamente emitió la Presidencia el pasado 9 de febrero cuando se dieron los exabruptos contra España y la intención de poner pausa a las relaciones entre ambos países.

Pero no, la Presidencia de la República confirmó que en esta ocasión el comunicado dirigido a los diputados europeos era real, que había sido redactado por el propio presidente López Obrador y que expresaba de forma ruda y hasta grosera el sentir de nuestro país —o por lo menos el de quienes detentan su gobierno— contra la injerencia extranjera.

Incluso entre sus propios partidarios hubo los que manifestaron su extrañamiento y exigieron a la Cancillería que saliera a emitir un desmentido, pero cuando el mandatario ratificó su autoría, acto seguido se replegaron y pronunciaron solidaridad en torno al líder. Así, la misiva pasó de ser un “burdo escrito” a "potente respuesta" del gobierno de México a la injerencia extranjera en asuntos internos del país.

Se repite una vez más el desatino y la falta de diplomacia en las relaciones internacionales, sumado a los dislates que se han tenido con España, Panamá y Estados Unidos. Y desdice también la efectiva labor que el canciller Marcelo Ebrard hace en otros frentes de la diplomacia, en donde deja mejor parado a nuestro país, como en las crisis de Afganistán o Ucrania, o en la reunión recientemente sostenida con representantes del gobierno español y en la que se refrendaron las relaciones de cordialidad con México y la importancia mutua de ambas naciones.

Lo cortés no quita lo valiente, pues no se necesita llamar “borregos” a los parlamentarios europeos para poder posicionar los argumentos que un gobierno tiene para justificar sus acciones o inacciones. Preocupa también que a la persona encargada justamente de estos menesteres ni siquiera se le consultó y ahí están los resultados a la vista. Esto demuestra la poca importancia y el desprecio que tiene el gobierno de la 4T por la política exterior, con la que parece no entender que el mundo está más que nunca globalizado y que ya no se puede ser una isla en el océano internacional. Es muy grave tratándose de la relevancia que tiene México en el mundo, además de que distrae nuevamente del punto central de la polémica y vuelve a soslayar la necesaria protección a periodistas.