Estados Unidos, a través de su Administración Federal de Aviación (FAA) ha emitido un juicio que pone en serio predicamento a nuestro país, al aseverar que México no garantiza las medidas de seguridad necesarias para el funcionamiento de la aviación civil en territorio nacional, poniendo en riesgo tanto a los usuarios como a la infraestructura aérea y terrestre.
Si bien el dictamen no califica a las aerolíneas y sus protocolos de seguridad, sino a las autoridades que establecen las regulaciones y el seguimiento que se da en su cumplimiento a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, también toma en cuenta el nivel de profesionalidad de los trabajadores del ramo aeronáutico, el cual ha demostrado en los últimos años una preocupante baja de calidad que podría ser riesgosa para la operación de las líneas aéreas, tanto nacionales como extranjeras.
La degradación de categoría 1 a 2 emitida por la FAA para México obedece a carencias encontradas por la Organización de Aviación Civil Internacional en la mexicana Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), reducida a una sola cuarta parte de lo que en algún momento fue —por cuestiones de austeridad—, y a una progresiva depauperización en la aeronáutica comercial que no es nueva de esta gestión presidencial, sino que se viene arrastrando de décadas atrás y en la que ha tenido que ver lo mismo la caída del peso frente al dólar, el incremento en el precio de los combustibles, las huelgas de pilotos y azafatas que llevaron a cierres como el de Mexicana de Aviación, e incluso algunos accidentes aéreos que hicieron bajar la confianza de los pasajeros, y donde la pandemia y el cierre de fronteras y sitios turísticos solo vino a hundir aun más al sector.
La parte que se ve más afectada con esta calificación es la de las alianzas entre aerolíneas nacionales y estadounidenses, que benefician a pasajeros que realizaban viajes frecuentes a Estados Unidos.
Integrantes del sector aeronáutico nacional piden al gobierno actual reclasificar a la aviación comercial como una actividad estratégica para México, toda vez que el descuido que desde la administración se ha dado al rubro como consecuencia de su austeridad es la que llevó a prescindir del personal de la SCT que anteriormente se encargaba de vigilar el cumplimiento de las regulaciones en la materia.
Una de las principales industrias del país es la turística y cuando ya se vislumbraba una recuperación en el turismo por el cercano inicio del verano, con esto se da un nuevo golpe que la frena y la vuelve a hundir en un pozo en el que la salida, que ya parecía cercana, queda otra vez muy lejos.