Todos los días fluyen multimillonarios recursos públicos en los tres niveles de gobierno y en los tres poderes de la Unión. ¿Se ejercen de manera honesta y transparente?
Para responder esa pregunta cada año la Auditoría Superior de la Federación elige una pequeña muestra de obras y programas, principalmente federales, para revisar la manera en que se utilizó el dinero que salió de los bolsillos de los contribuyentes.
Las irregularidades que encuentra la Auditoría y que presenta en su informe anual no significan de manera automática situaciones de corrupción, pero sí se trata de inconsistencias que de no aclararse se convertirían en casos que dibujarían un desaseado uso del dinero público.
Ayer la Auditoría Superior de la Federación entregó al Congreso de la Unión el informe sobre la fiscalización de la Cuenta Pública 2020 que arroja datos relevantes. En principio, se detectaron posibles daños al erario por más de 10 mil millones de pesos en las obras insignia del gobierno federal y en algunos de sus programas sociales. Las anomalías más recurrentes fueron pagos indebidos en la construcción del Tren Maya y en la refinería de Dos Bocas, así como diversas irregularidades en la edificación del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). En la entrega de recursos a beneficiarios de programas sociales se encontró el pago de apoyo a personas no inscritas e incluso a personas fallecidas.
El periodo fiscalizado corresponde al primer año de la pandemia y en las 20 auditorías realizadas al sector salud figuran también irregularidades en la compra de equipo y material hospitalario para la emergencia sanitaria, por parte del IMSS, ISSSTE, Insabi, la Defensa y la Marina, principalmente, lo que generó posibles daños a las finanzas públicas por 2 mil 728 millones de pesos.
Hace un año, en el informe correspondiente a 2019 (el primer año del actual gobierno) se intentó descalificar el resultado con el argumento de que se le daba un uso político. El documento que se presentó ayer evalúa el segundo año de esta gestión. Es deseable que en esta ocasión se olviden los calificativos para los resultados y se aclaren todas las inconsistencias, además de actuar legalmente donde proceda.
Es una excelente oportunidad para un gobierno que enarbola la transparencia y la erradicación de la corrupción como sus principales banderas.