Con el convencimiento de que el fuego no se apaga con el fuego, la elegida como Fiscal General de Justicia de la Ciudad de México, Ernestina Godoy, asumirá a partir de enero el cargo con grandes esperanzas de que las cosas en la capital deben cambiar en cuestión de seguridad teniendo en mente una política de pacificación que ataque preferentemente las causas que originan el delito.

La aún Procuradora expresó en entrevista con EL UNIVERSAL que su gestión está determinada a enfocarse en el primodelincuente y evitar que este vuelva a infringir la ley. Por este motivo, el interés, más que poner a alguien en prisión, se centrará principalmente en la reparación del daño, que es lo que finalmente interesa a los agraviados.

La funcionaria precisa que aunque el narcomenudeo y los homicidios dolosos son objetivos primordiales a atacar por la autoridad, para el ciudadano común las mayores preocupaciones se generan por las extorsiones, el despojo de predios y el robo en transporte público, que en conjunto han tenido un incremento sustancial en los últimos meses, por lo que su atención se centrarán también en estos rubros.

El sistema de justicia penal vigente ofrece mecanismos alternativos de solución de controversias que tienen la finalidad de aliviar el hacinamiento en las prisiones y que no han sido utilizados al máximo. Uno de ellos es la mediación. En la Ciudad de México hay 20 salas en la materia que se encuentran semivacías, siendo otro de los aspectos a mejorar por la fiscal.

La transición de procuraduría a fiscalía debe representar una transformación a fondo de la manera de impartir justicia en la capital del país.

El nombramiento es una oportunidad para corregir errores y mejorar, poniendo al centro al ciudadano con el fin de que recupere la confianza en sus autoridades, a la par de que se abatan los elevados índices de impunidad que han fomentado el incremento de la delincuencia común.

El nombramiento de una mujer aumenta la expectativa de que en la nueva fiscalía la justicia se imparta con perspectiva de género, además de que la propia funcionaria ha manifestado ser empática al respecto en un momento que el combate a la violencia contra la mujer es un clamor generalizado.

El giro de 180 grados que Ernestina Godoy ha prometido dar a la dependencia a su cargo, es lo menos que se espera de una de las figuras que ha abogado por la autonomía de las fiscalías de justicia.

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