A partir de este lunes el semáforo de riesgo epidemiológico en la Ciudad de México pasa de naranja a amarillo por la disminución en el número de personas con Covid hospitalizadas y por el descenso en el número de casos activos. Hace apenas tres meses, a principios de junio, la capital del país llegó al verde, pero el gusto duró solo dos semanas. Las últimas dos semanas de junio comenzó un repunte que tuvo su pico más alto en agosto.

Ahora que nuevamente los casos van a la baja, se corre el riesgo de que población, comercios y autoridad relajen las medidas de protección y se genere otra vez un repunte de la epidemia.

En el transporte capitalino, los propios usuarios son los que señalan que las acciones sanitarias han venido a menos. Al principio de la emergencia, por ejemplo, el Metro distribuyó cubrebocas y caretas, además de colocar dispensadores de gel; ahora nada de eso ocurre. A eso hay que sumar que la sana distancia y la ventilación son escenarios que difícilmente se pueden lograr por las deficiencias del transporte que se han acumulado en años. En el Metrobús las condiciones son similares: aglomeraciones y escasa ventilación.

El cambio a color amarillo no debe significar en ningún momento que se baje la guardia: ni en comercios, ni por parte de ciudadanos y mucho menos por la autoridad.

Hay que recordar las experiencias recientes de Gran Bretaña e Israel, donde se relajaron las medidas y al poco tiempo se retomó el confinamiento por el alza de casos. Las lecciones que se extraen son que mientras el total de la población no haya recibido la vacuna, difícilmente podrá hablarse de una vuelta a la normalidad, y que mientras más circule el virus crecen las posibilidades de que aparezcan mutaciones.

El semáforo amarillo llega en una situación con elevados factores de riesgo: 1) Hace apenas una semana se reiniciaron las clases presenciales en las escuelas de educación básica. 2) Desde hace dos semanas no se ha retomado la aplicación de primeras dosis a menores de 30 años, el grupo más vulnerable en este momento. 3) Después de más de un año cerrados, podrán reabrir con aforo controlado bares, antros, cantinas y salones de fiestas. 4) Se eliminan restricciones de aforo en cines, centros comerciales, teatros y restaurantes. 5) La próxima semana se celebran las fiestas patrias.

A la autoridad no le está permitido bajar la guardia ni a los ciudadanos pensar que el coronavirus se ha ido… Por el bien de todos hay que seguirse cuidando.

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