Atrás quedaron las noticias en las que se conocía de la operación de criminales mexicanos en Centroamérica y Sudamérica, así como las informaciones de cargamentos de droga ligados a cárteles de México incautados en Europa. Hoy su presencia y expansión ha aumentado y alcanza al menos cuatro continentes.
Un informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito señala que los grupos mexicanos del narcotráfico incursionan cada vez en nuevos mercados al grado que se ha detectado su operación en países de Asia y Oceanía.
El reporte Drogas sintéticas y nuevas sustancias psicoactivas en América Latina y el Caribe 2021 menciona que Japón, Australia y Nueva Zelanda han realizado decomisos y documentado el tráfico de metanfetaminas a gran escala vinculados a bandas mexicanas.
El informe es una prueba de que aún está lejos el final de la guerra contra las drogas, en México y en el mundo, debido a que el narcotráfico mexicano, y de otras regiones, muestran que, en lugar de disminuir, cobra fuerza.
En otra expresión de los largos brazos del narcotráfico, se conoció también que pilotos mexicanos introducían marihuana a España desde Marruecos. En trayectos de alta peligrosidad volaban sin luces, con visores nocturnos y a poca altura para evitar los radares. Por cada cargamento de droga transportado los pilotos recibían casi un millón de pesos.
El narcotráfico ha confirmado ser ese mítico monstruo de múltiples cabezas al que cada vez que se le cortaba una, le brotaban dos más. Los golpes que se han dado a los capos no han menguado su capacidad de acción.
Es claro que los delincuentes mexicanos utilizan los sobornos para comprar autoridades en otras naciones, además de entablar alianzas con criminales de otras latitudes. Por ese motivo, la comunidad internacional tendría que explorar nuevas formas de combate a un delito de alcances globales. El rastreo de dinero ilícito, estrategias multilaterales y operativos conjuntos tienen que ponerse en marcha a mayor velocidad, si no se desea que el narcotráfico aumente su poderío y se vuelva casi imparable.