El turismo se encuentra detenido, el precio del petróleo en mínimos históricos. Las remesas, contra corriente, marcaron un nivel récord en marzo.

Los tres rubros son los mayores generadores de divisas para el país, aunque en esta ocasión solo uno destacó, a pesar de que se esperaba que también tuviera un desempeño a la baja. ¿Cuál fue la razón?

Para expertos hay al menos dos motivos: los connacionales se adelantaron a los tiempos malos y enviaron a sus familias mayores recursos, además de que los sectores en los que labora buena parte de los mexicanos que residen en Estados Unidos continúan abiertos.

En marzo, los envíos sumaron 4 mil 016 millones de dólares, 35.8% más que los 2 mil 957 millones del mismo mes del año pasado, según información del Banco de México. Un récord desde que en 1995 comenzó este tipo de registro.

El dinero que recibieron miles de familias esta ocasión tiene un doble o triple valor porque llega en el momento en que la economía mexicana resiente los efectos del confinamiento y de la paralización de actividades no esenciales. El apoyo será un alivio para los sectores de menores ingresos.

Detrás de la cifra también debe leerse el riesgo por el que atravesaron millones de mexicanos para ganar esos recursos. En primer lugar, se encuentran en el país que es epicentro de la pandemia y varios miles (principalmente de Puebla) residen en Nueva York, la ciudad más afectada.

Para quienes emigran a Estados Unidos, es usual que varios se agrupen y acuerden el pago común de la renta de un cuarto o departamento para ahorrar gastos. El hacinamiento y las salidas a trabajar elevan los riesgos de contraer Covid-19.

De acuerdo con cifras de la Secretaría de Relaciones Exteriores, con corte al 28 de abril, en Estados Unidos la cifra de mexicanos muertos por Covid son 566 –equivalente al total de defunciones que han ocurrido en la capital del país y en el Estado de México–, de los cuales 448 fallecieron en el estado de Nueva York.

En estos momentos ellos no dejan de dar su apoyo en medio de dificultades y de riesgos: pero no todos están en posibilidades, es urgente identificar a aquellos que se encuentra una situación distinta, quizá enfermos y sin atención médica por su condición indocumentada. Ellos dan siempre lo mejor para ayudar a la familia y a su terruño. Hoy toca voltear a verlos y tender la manos a los vulnerables. Las semanas que vienen todavía serán complicadas y es probable que corresponda a los mexicanos darles la mano. Hay que estar atentos.

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