Un accidente por negligencia que provocó la muerte de 26 personas y que ha dejado prácticamente incomunicado a un importante y sobrepoblado sector de la Ciudad de México, sigue en espera de dictámenes tanto de sus causas técnicas y materiales, como de una cadena de posibles hechos de corrupción que llevaron al colapso de la estructura de la Línea 12 del metro, el pasado 3 de mayo.
Esta línea constituye una de las rutas medulares para la movilidad de la Ciudad de México, al ser casi la única opción de transporte para miles de habitantes de colonias de las alcaldías Tláhuac e Iztapalapa, y que con su inhabilitación han tenido que recurrir de nuevo a otras formas de traslado que para muchos redundan en retrasos y hasta en pérdida de empleos.
A finales de junio, el presidente dijo que a más tardar en un año la línea estaría funcionando completamente. Ya pasaron dos meses y no hay indicios de trabajos de rehabilitación, pese a que la propia constructora que la edificó ofreció encargarse de la obra y absorber los costos de reconstrucción, incluso de otros tramos no afectados por el colapso.
Sobre las investigaciones por las que la Fiscalía General de la República (FGR) abrió una carpeta de investigación al respecto del colapso de la Línea 12, y aunque en un primer momento se dijo que el resultado de sus indagaciones y los nombres de los servidores públicos involucrados serían reservados por tratarse de una investigación en curso, ahora se anunció una impugnación por parte del INAI, que consiguió se reclasificara la información como de interés público por involucrar a servidores públicos que cometieron delitos de corrupción, por lo que la FGR deberá darla a conocer.
Así, con la intervención del INAI se garantiza el derecho público de acceso a la información y la credibilidad de la sociedad en la rendición de cuentas.
Sin embargo y aunque además de la FGR, la Fiscalía General de Justicia de la CDMX (FGJ) tiene abierta una indagatoria, a la fecha no se han dado a conocer avances en ninguno de estos dos frentes.
A casi 4 meses del colapso del Metro no hay resultados, ni judiciales ni técnicos, pues la empresa extranjera a la que se le dio el encargo de efectuar un peritaje externo, en el entendido de que así se garantizaría un dictamen objetivo y libre de intereses involucrados, pidió una prórroga de dos semanas más.
En este terrible capítulo del transporte capitalino, como en otros del pasado, apostarle al olvido no es opción.