Las advertencias están llegando por todos lados: la aparición de una tercera ola de contagios en México es casi inminente, y podría ser de consecuencias aún más fatales por la falsa confianza generada entre la gente la cual en muchos aspectos parece haber dado por concluida la pandemia.
Esta edición de EL UNIVERSAL da cuenta de las alertas emitidas tanto por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como por el director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), Jorge Salas Hernández, para no bajar la guardia ante el Covid-19, toda vez que de presentarse un nuevo rebrote, podría ser de consecuencias aún más graves que las registradas en los picos anteriores porque tomaría a la población descuidada.
Tres circunstancias se están juntando para formar la tormenta perfecta que daría lugar a una tercera ola de contagios en México: por un lado un descenso en el número de contagios, hospitalizaciones y decesos; por otro la campaña de vacunación ya puesta en marcha, y por último, el relajamiento en las restricciones que el gobierno mantiene como política de prevención de contagios.
Esas tres situaciones están dando a la generalidad de la población una falsa percepción de que ya se superó el peligro y que se puede retornar a la normalidad que imperaba antes de marzo de 2020.
Pero el riesgo de una tercera ola es inminente y, como advierten los especialistas, podría llegar a ser todavía más letal que las dos anteriores, a la vez que dar origen a mutaciones para las que no pudieran resultar efectivas las inmunizaciones existentes actualmente.
Confiarse a que la población vulnerable y el personal de salud ya están vacunados, es hacer un flaco favor al país para poder salir del pozo en que está sumido en cuestión epidemiológica. Asimismo, pensar que porque buena parte de la población estuviese ya vacunada es posible hacer a un lado las medidas básicas de prevención, como el uso del cubrebocas, el lavado de manos o mantener la sana distancia, es olvidar que aunque no se enferme, uno puede seguir siendo portador del virus y transmitirlo a personas o comunidades a las que no hubiera llegado.
Comparando, el porcentaje de vacunación de la población mexicana alcanza menos de 2%, mucho menor a Brasil que, con una población mayor y una cobertura inmunológica actual de 4.26%, aun así los brasileños enfrentan el peor momento de la pandemia.
Sigue estando en todos ayudar a prevenir que el virus se mantenga entre nosotros por mucho tiempo, pues como indican los expertos, tendremos que aprender a convivir con él y mantener por mucho más tiempo las medidas de prevención hasta no contar con la certeza total de que el patógeno ha sido erradicado.