Cuando una persona que lleva años fumando se enferma y acude a un hospital público para atender algún padecimiento relacionado con su hábito, su tratamiento es costeado principalmente con dinero que aportó la sociedad vía impuestos. La suma que representa atender enfermedades asociadas al tabaquismo en el sistema nacional de salud se estima en 116 mil millones de pesos para este 2022. Pero no solo es una carga económica para el gobierno, las familias de los pacientes también tendrán que erogar recursos estimados en más de 71 mil millones de pesos.

En este contexto, el gobierno federal prepara un decreto para reformar la Ley General para el Control de Tabaco, con la que se busca incrementar las prohibiciones para fumar este producto o nicotina en playas, estadios y centros de espectáculos, además de parques de desarrollo urbano y mercados, entre otros.

El anteproyecto plantea también prohibir toda forma de publicidad, promoción y patrocinio de productos elaborados con tabaco en forma directa o indirecta, a través de cualquier medio de comunicación y difusión, incluidas redes sociales y servicios de streaming.

En principio, la solución de aumentar la lista de sitios donde se prohíbe fumar no incidirá directamente en una disminución del consumo de tabaco. Quienes tienen el hábito de fumar únicamente se desplazarán a lugares donde puedan encender el cigarrillo, como ocurre en la actualidad.

Hay otras medidas que pueden adoptarse. Con motivo del Día Mundial sin Tabaco, que se conmemora hoy, desde el Instituto Nacional de Salud Pública se recomienda evaluar la prohibición de cigarros que contienen cápsulas de sabor, pues su venta “ha aumentado de forma alarmante desde su introducción en 2007”. Este tipo de cigarros está siendo adoptado por mujeres, por la población de 20 a 29 años y por aquellas que tienen educación universitaria. Especialistas han advertido que, en todas sus modalidades, incluida el uso de vapeadores, el consumo de tabaco sigue siendo perjudicial para la salud.

Una de las medidas que parece haber quedado olvidada en esta cruzada es la prohibición de vender cigarros sueltos. Ante la acertada medida de incrementar vía impuestos el precio de la cajetilla, para evitar que los menores de edad tengan fácil acceso, se ha vuelto común la venta de cigarros sueltos en la vía pública y en cualquier “tiendita”.

El tabaquismo es una adicción que debe atacarse desde todos los ángulos posibles para evitar que las nuevas generaciones se enganchen. Ahí deben concentrarse todos los esfuerzos.