Un retroceso promedio del 5.8% en el ingreso nacional de los hogares, en el que la pandemia constituyó tan sólo la puntilla para una crisis económica que se vino gestando de tiempo atrás, es la conclusión que presenta un estudio efectuado por el Inegi, relacionado con la economía doméstica y que se centra en lo registrado entre 2018 y 2020.

Entidades de la República con grandes concentraciones urbanas, como Quintana Roo, Ciudad de México o Jalisco, fueron las más afectadas, con dramáticas caídas de más del 23% como en el caso específico del primero de los estados mencionados o del 20.5% para la capital del país.

Y si bien algunas entidades como Zacatecas, Durango o Oaxaca lograron ver un aumento en su nivel de ingreso —en el primer caso de hasta 9.2%—, solo representaron una tercera parte del país, cuyo logro se explica por tratarse de estados integrados con una mayor proporción de población rural, en donde las transferencias por prestaciones laborales o por programas sociales parecen explicar parte de su éxito.

Según la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares, elaborada por el Inegi, la comparativa entre las economías de carácter rural contra las urbanas, da para las primeras un balance favorable de 3.6% contra un -8% para las segundas.

Este sensible descenso en el ingreso promedio del mexicano se reflejó también en una contracción del gasto de los hogares, que resultó 12.9% menor a lo que se gastaba al inicio del gobierno actual.

Y como era de esperarse, el impacto de la pandemia en la economía de los hogares se reflejó en un aumento de 40.5% de lo que hasta antes de la contingencia sanitaria se dedicaba al gasto en salud.

Todo ello debe mandar un mensaje de que el apoyo oficial en momentos de crisis no debe ceñirse a un sector de la población exclusivamente, como se hace actualmente, y que además de poner bajo la lupa la situación de las familias, se requiere también atender la crisis del empleo, ámbito en el que faltan por recuperarse miles de puestos y en donde las más afectadas han sido las mujeres. Impulsar el trabajo redundará indudablemente en una mejora general de la economía mexicana.