Son pocas las ocasiones en que se mencionan las consecuencias que la pandemia deja en niños y adolescentes. Las crisis sanitaria y económica lo dominan todo, con mucha razón, pero en los menores de edad se están produciendo afectaciones graves que pueden marcar a toda una generación.

El cierre de escuelas, la impartición de clases vía internet o televisión, la falta de socialización y el confinamiento están ocasionando problemas de naturaleza diversa que las autoridades correspondientes tendrían que atender.

En primer lugar, la emergencia por el Covid-19, en naciones como México, puso en evidencia la amplia brecha para tener acceso a la educación a distancia. El uso de tablet o computadora no es generalizado en la niñez de este país. Aunque la educación pública se imparte vía televisión, hay familias que no tienen acceso a ese aparato o, peor, hay comunidades que carecen de internet o de energía eléctrica.

En una nota que se publica hoy en la sección Cultura, los expertos advierten que los siete meses que las escuelas llevan cerradas tendrá como consecuencia un importante aumento en el número de estudiantes que caerán por debajo del nivel mínimo de competencia en lectura; además de que una cifra no definida está en riesgo de no volver a la escuela.

En otros países las escuelas se han reabierto gradualmente, pero en América Latina la gran mayoría permanece cerrada.

En la República actualmente los estados de Campeche y Chiapas están en semáforo verde; el primero tiene dos meses en esa condición, pero las escuelas siguen cerradas. ¿En qué momento se evaluará el retorno a las aulas? La socialización que se da en el salón de clases entre niños y niñas es considerada la parte más importante de la educación. En Europa la apuesta ha sido por las clases presenciales, con las apropiadas medidas de seguridad. Quizá es tiempo de abrir un periodo de análisis para el eventual regreso de clases presenciales en algunas zonas.

A lo anterior se suma también el riesgo de que los adolescentes sean generadores de violencia infantil. Luego de varios casos conocidos en la Ciudad de México, la directora general del DIF no descarta que la pandemia sea un factor que incida en ello, debido a que los menores no tienen clases presenciales ni centros de recreación.

Al atender a los sectores afectados por la pandemia no debe olvidarse a niños y niñas. Se encuentran en una situación vulnerable por iniciar su desarrollo y formación. ¿Qué autoridad volteará a verlos?

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