¿Cómo se celebró en el mundo el Día Mundial de la Libertad de Prensa? En Estados Unidos, el presidente Joe Biden dijo que los periodistas “son indispensables para el funcionamiento de la democracia”. La Comisión Europea destacó que la democracia “no puede funcionar sin medios de comunicación libres e independientes”. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, defendió al periodismo libre e independiente por ser el “mayor aliado en la lucha contra la información errónea y la desinformación”.
En México, en cambio, el presidente de la República criticó una vez más a la prensa “conservadora” y en esta ocasión sumó a los corresponsales extranjeros, además de señalar que medios internacionales tienden “a veces” a desinformar.
En México, en cambio, en el Día Mundial de la Libertad de Prensa se conoció del asesinato del periodista Benjamín Morales Hernández, director de un medio digital de noticias en Sonora.
El país va contra corriente en materia de reconocimiento a la tarea de la prensa.
Hace una semana la Sociedad Interamericana de Prensa colocó al presidente mexicano, junto a sus homólogos de Brasil y El Salvador, en el grupo de naciones en las cuales “desde el poder político continúa el avance por desacreditar y estigmatizar el ejercicio del periodismo, generándose un clima hostil que puede degenerar en acciones violentas concretas contra medios y periodistas”.
Ningún gobierno en cualquier país tendría que esperar la aprobación unánime de diarios y medios de información, y menos cuando sus decisiones se alejan de los marcos legales y se inscriben dentro de acciones que rayan en el autoritarismo.
En el país, luego de casi siete décadas en el que un poder hegemónico dominó el discurso en todos los ámbitos de la vida nacional, la crítica que se ejerce en los medios de comunicación es una práctica relativamente nueva. Las alternancias políticas que se han dado en lo que va del siglo han ido acompañadas de una mayor libertad de expresión y de crítica a los gobiernos en turno. Nunca se habían registrado ataques cotidianos contra medios de comunicación de manera directa y pública por parte del poder. Ante los señalamientos que se hacen desde páginas editoriales, se prefiere la descalificación y la estigmatización, en lugar del argumento razonado y serio que contribuya al debate.
Limitar la libertad de prensa e intentar imponer una sola voz y una visión para una sociedad tan diversa como la mexicana es encaminarse a una ruta que millones de mexicanos conocieron y a la cual no quieren retornar.