En la nueva fase de la estrategia de vacunación contra Covid-19, enfocada ahora en la inmunización de los mayores de 60 años (unos 15 millones en todo el país), la ruta que anuncia el gobierno federal no parece llevar como objetivo principal vacunar al mayor número de personas en el menor tiempo posible ni el de atender las zonas que más lo requieren.
En esta cruzada, los doctores y las enfermeras serán minoría frente al personal que integran las brigadas de vacunación.
En cada equipo habrá un responsable médico, un personal de salud vacunador y una enfermera o enfermero, pero además cuatro elementos de las fuerzas armadas, dos promotores de programas sociales, dos voluntarios (estudiantes de Medicina que participarán en la campaña), así como dos integrantes de los llamados Servidores de la Nación. Un total de 13 integrantes en cada brigada.
¿Cuál será el papel que desempeñará el promotor del programa Sembrando Vida o el del programa de bienestar? ¿Qué función realizará en esta campaña de vacunación el integrante del programa La Escuela es Nuestra, de entrega directa de dinero, o del programa de becas Benito Juárez? Las anteriores son preguntas que deben ser respondidas en medio del inminente inicio del proceso electoral en el que se renovarán el Congreso y 15 gubernaturas.
Luego de casi un mes en que México dejó de recibir vacunas contra Covid, la madrugada de este domingo llegaron 870 mil dosis de los laboratorios AstraZeneca procedentes de India y este lunes se tiene previsto que Pfizer reanude el abasto de dosis con el arribo de un lote de 490 mil biológicos.
Las zonas elegidas para recibir las primeras inmunizaciones son los 333 municipios más pobres del país, que no representan las demarcaciones con los problemas más graves de contagio. Si de salvar vidas se trata, comenzar a vacunas en zonas con mayor porcentaje de contagio tendría más sentido.
Con el —hasta ahora— arribo limitado de vacunas, la estrategia debió surgir de análisis rigurosos para aplicarse en regiones donde se generen los mayores beneficios sociales, sin asomo de uso político y mucho menos electoral.