La tragedia sucedida a la discoteca Baby'O de Acapulco viene casi a poner punto final al auge que décadas atrás tuvo el puerto como imán turístico tanto por sus atractivos naturales como por su animada vida nocturna.
Lo sucedido en ese centro de entretenimiento y baile solo es la punta del iceberg de una caída de Acapulco como foco de diversión para jóvenes tanto de México como de otros países, decadencia que se viene gestando de varios años atrás y que se puede comprobar con el marchitamiento de su vida nocturna y el cierre paulatino de varios de los establecimientos que décadas atrás le dieron tanta fama al puerto.
Cadenas internacionales de hoteles y restaurantes han emigrando de Acapulco en busca de otros destinos dentro o fuera del país, presionados tanto por la violencia que se vive cotidianamente en el estado de Guerrero, como por la intromisión directa del crimen organizado en sus negocios por el cobro de cuotas o el derecho de piso.
El que fuera el principal destino turístico de México ha cedido su lugar a otros sitios de playa como la Riviera Maya o Los Cabos. Así, el puerto que viviera sus mejores años en la segunda mitad del siglo XX y fuera centro de admiración e inspiración romántica para propios y extraños, lamentablemente ha dejado de ser lo que fue y, pese a los intentos por reincentivar su auge y recuperar el terreno perdido, la violencia sigue enquistada en su costa, como lo demostrara el incendio provocado en la que fuera su discoteca más emblemática y epicentro de la vida nocturna de Acapulco a finales del siglo pasado y aún en buena parte de lo que va de éste.
Da la impresión que Acapulco fuera ahora tierra de nadie y ahora que en el municipio hubo cambio de gobierno, en vez de un panorama favorable, el que reciben sus nuevas autoridades es de caos pleno: con violencia de toda índole, negocios cerrados, contaminación y deudas que no permiten siquiera cubrir los servicios más básicos de la ciudad.
Si un mismo partido domina los tres niveles de gobierno en Guerrero (federal, estatal y municipal), debería aprovecharse esa fuerza, hacer sinergia y darle la vuela a la situación en que está sumido el puerto y el resto del estado. No es solo por los empresarios, es por Acapulco y por México todo.