La elección de titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en el Senado, el pasado 7 de noviembre, fue blanco de severos cuestionamientos debido a que votaron 116 senadores, pero solo se contabilizaron 114 votos, según la oposición. Al elegir esta última cifra, uno de los aspirantes obtuvo las dos terceras partes; si se hubiera adoptado el número 116, ninguno de los aspirantes habría logrado las dos terceras partes requeridas por la ley para asumir el cargo de ombudsperson y tendría que haberse propuesto una nueva terna.

El punto que polarizó la elección fue si las dos terceras partes tenían que obtenerse a partir de los miembros presentes (como lo enuncia la normatividad) o de los votos válidos. La fracción mayoritaria dio por bueno el resultado y avaló el proceso.

Las acusaciones de fraude y de ilegalidad rodearon desde entonces el resultado.

Con el fin de “asegurar que los nombramientos resueltos por la Cámara de Senadores doten de la más amplia legitimidad a los órganos a los que se refieren”, el senador Ricardo Monreal, coordinador de los senadores de Morena, planteó este martes reponer el proceso en que se eligió a la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

La propuesta parecía una oportunidad para demostrar una actitud diferente de lo que debe ser una mayoría legislativa. No ejercer un poder aplastante, sino saber escuchar, dialogar, negociar y rectificar.

Al final, en la votación ante el pleno, el planteamiento para repetir el proceso de elección fue rechazado. Luego de más de siete horas de debate y al borde del enfrentamiento físico, se tomó la protesta a Rosario Piedra Ibarra para que a partir del viernes 15 de noviembre encabece la CNDH.

El de anoche no fue el mejor escenario para quien estará al frente de una institución que nació como una necesidad para un México de legalidad y que ha costado años consolidar. El riesgo de que el nombramiento se judicialice ante instancias nacionales e internacionales añadirá presión a su ejercicio.

La tarea que la próxima ombudsperson tiene por delante se mira complicada, al ser la CNDH un organismo que investiga a las autoridades federales cuando se presentan denuncias por violación de los derechos humanos. Esta gestión será probablemente la más polémica y vigilada en los casi 30 años de historia de la Comisión.

El triunfo o fracaso dependerá exclusivamente de la imparcialidad de sus acciones y decisiones.

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