Gastos sin comprobar por casi 2 mil millones de pesos en los poco más de dos años que lleva en funciones la 64 Legislatura, en donde más de la mitad de estos fueron hechos por los cuatro partidos asociados al gobierno de la Cuarta Transformación (Morena, PT, PES y Verde Ecologista), es el panorama financiero que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encuentra en la Cámara de Diputados.

Si bien el monto de las partidas es 820 millones de pesos menor al reportado por la legislatura anterior —la 63—, en donde el PRI y el Partido Verde Ecologista tenían la mayoría de la Cámara, hay que considerar que a la legislatura actual le tocó estar en confinamiento a causa de la pandemia de Covid-19 y que, por tanto, sus gastos operativos debieron haber sido significativamente menores a lo detectado.

Esto viene a colación porque al hacerse el desglose de tipo de gastos reportados por las ocho bancadas, se encuentran reportes de gastos por conceptos tan disímbolos como uniformes, alimentos, herramientas, refacciones, comisiones bancarias, combustibles, lubricantes y aditivos, artículos de construcción y remodelación, y servicios de arrendamiento o de asesoría profesional.

A Morena, por ser el partido con el mayor número de diputados federales (253) en la legislatura, le correspondieron en el periodo 2018-2021 más de 773 millones de pesos, que casi cuadruplican los gastos que tuvo en la legislatura anterior, aunque en su descargo podría decirse que el monto por diputado resulta menor ahora en la 64 que en la 63, cuando la bancada estaba compuesta entonces por unos 50 diputados. Si el gasto hubiera crecido en proporción al número de legisladores morenistas en la Cámara, fácilmente se habría quintuplicado.

No obstante, deja mucho que desear que los diputados, en especial los identificados con el gobierno que viene a hacer limpieza de las viejas y nocivas prácticas de antaño, que fueron puestos por el pueblo para terminar con la opacidad y los dispendios sin justificación o explicación, mantengan sin embargo los vicios de quienes les antecedieron en las curules que hoy ocupan.

Cambian los partidos, cambian los gobiernos, cambian las legislaturas y sigue habiendo una partida secreta —porque en los hecho es eso—, un gasto para las bancadas que no se fiscaliza y que no tiene ninguna razón de ser. Es un barril sin fondo que no es nuevo pero que al parecer continúa con la 4T. ¿Dónde quedaron la transparencia y la austeridad republicana?