Autoridades sanitarias coinciden en que el arma principal para combatir el Covid-19 es la higiene. El constante lavado de manos con agua y jabón. ¿Cómo enfrentarán la pandemia los miles de mexicanos que carecen del líquido o que no tienen un abasto regular? Es un desafío que siempre ha existido, al cual distintos gobiernos no han podido dar solución.

El problema se agrava por el feroz embate del virus y las necesarias medidas de higiene que se requieren para combatirlo. A la difícil situación se suma la temporada de calor, que de por sí incrementa el consumo y la demanda del agua, así como por la acometida de trastornos gastrointestinales, propios de la estación.

La insistencia de las autoridades federales sobre el lavado continuo de manos para contrarrestar cualquier riesgo de contagio choca con la realidad a la que se han visto sometidos miles de mexicanos sin acceso desde hace años a un suministro regular de agua o de escasez casi permanente en ciertas zonas del país. Tan solo en la Ciudad de México, habitantes de colonias marginales han mantenido un reclamo constante para ser abastecidos de forma suficiente para cubrir sus necesidades más básicas, llegando a tomar medidas drásticas para hacerse escuchar.

La coyuntura especial que vive ahora el mundo a raíz de la emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia de Covid-19, viene a poner en olla de presión al precario suministro de servicios básicos que reciben los ciudadanos mexicanos, quienes viven en un país en el cual, según datos del Inegi, hasta una cuarta parte de los hogares carecen de abasto diario de agua, contando en vez de eso con líquido que se les hace llegar un día sí y otro no, o de plano tan espaciado como una vez a la semana o sin una entrega en un lapso específico de tiempo. En el último peldaño, poco más de 2 millones de viviendas carecen completamente del servicio y sus habitantes se ven obligados a surtirse de agua tomándola de ríos, pozos, presas, lagunas, llaves públicas o acarreándola de otra vivienda.

El agua es esencial en estos momentos de crisis sanitaria para limpiar objetos y superficies de contacto que pueden servir como vehículos de transmisión del coronavirus y otros agentes infecciosos, por lo que pedir lavado constante de manos, pero no garantizar acceso pleno al suministro de agua, es un sinsentido que debe ser subsanado a la brevedad.

Urge que esos miles de mexicanos tengan el abasto seguro si no se desean consecuencias fatales en el futuro cercano, no solo por los riesgos epidemiológicos, sino por simple lógica de sanidad.

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