Cuando ocurre una situación que pone en riesgo la salud de alguna persona, una ambulancia puede ser la diferencia entre la vida o la muerte. Para familiares, el primer vehículo que llegue a atender la emergencia es visto con un halo casi providencial, pero en ocasiones es todo lo contrario.
En la Ciudad de México hay una red de ambulancias “patito” que interceptan radiocomunicaciones para arribar antes que otras unidades al sitio donde se le requiere, únicamente para lucrar con el momento de desesperación. El historial de abusos de estas ambulancias lo presentó EL UNIVERSAL el pasado 17 de enero. Frecuentemente se trata de gente sin capacitación ni conocimientos que muchas veces lo único que consiguen es agravar la condición médica de los accidentados.
En unos meses el panorama en ese tema puede ser completamente distinto. El gobierno de la Ciudad de México dio a conocer un plan para fortalecer el sistema público de ambulancias y, al mismo tiempo, regular a las unidades que incurren en abusos.
El objetivo es adquirir más ambulancias e incrementar el personal del Escuadrón de Rescates y Urgencias Médicas, de 600 paramédicos se pasaría a mil. Además, se apostará a incrementar el servicio de motoambulancias. Y, por supuesto, también está considerado bloquear el acceso de los rescatistas piratas a las comunicaciones de los servicios oficiales de emergencia.
La intención no es cerrar oportunidades a quienes conducen un vehículo de emergencia, sino legalizarlos. Tendrán un plazo de 90 días para operar dentro de la normatividad.
Otra meta que sobresale en el plan es la de reducir a 15 minutos los tiempos de respuesta en incidentes, para septiembre de este año.
Es un buen punto de partida para eliminar una situación que pone en riesgo a habitantes de esta ciudad que se ven envueltos en accidentes o emergencias médicas de todo tipo.
Cuando los gobiernos atienden señalamientos de problemas citadinos y se ocupan en dar respuestas expeditas y eficaces, el resultado es una mejor calidad de vida para la ciudadanía. En este caso en específico se resuelve incluso un problema de ilegalidad, con lo que se consolida el Estado de derecho. Una noticia esperanzadora por donde quiera que se le mire.