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La clase trabajadora mexicana está consumiendo recursos de su jubilación, antes de llegar a la edad de retiro. Lo que en este momento es un alivio, puede convertirse en un riesgo para el futuro, pues si no se repone el dinero solicitado disminuyen las semanas cotizadas, retrasando de manera automática la fecha de su jubilación; además se reducen los recursos acumulados del empleado al momento de jubilarse y, como consecuencia, el monto de su pensión.
La ley permite a los trabajadores disponer dinero de su Afore únicamente en dos supuestos: para solventar gastos de matrimonio y cuando el trabajador queda en desempleo. Información de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro señala que julio marcó un récord en el retiro de recursos hechos por los trabajadores. Ese mes dispusieron mil 204 millones de pesos de sus cuentas. De enero a julio el total acumulado es de 6 mil 658 millones de pesos 28% superior al mismo periodo de 2018.
Esta situación tiene su origen en las actuales cifras de desempleo, pero también en un factor más grave: los salarios que reciben la mayoría de los trabajadores mexicanos son apenas suficientes para satisfacer las necesidades más básicas.
Datos de Inegi revelan que más de 50% de la población mexicana que cuenta con un empleo tiene un ingreso máximo de dos salarios mínimos, poco más de 6 mil pesos mensuales. Con esa cantidad las familias difícilmente superan el umbral de pobreza.
Analistas y la misma autoridad han reconocido que las pensiones que reciban –en 2022– los primeros trabajadores que se encuentran en el esquema de las afores serán insuficientes, ya que representarán solo 30% de su último salario.
Hay consenso entre gobierno, empresarios y sindicatos para impulsar una reforma al sistema de pensiones, pero si no se aceleran los cambios el panorama para la primera generación de trabajadores Afore será gris... como ha sido su vida laboral.
El país tiene que generar desde ahora condiciones para modificar estructuralmente los montos de salarios que reciben quienes se encuentran en el escalón más bajo de percepción de ingresos. En la pasada renegociación del tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, los bajos salarios que se pagan en México fue un punto que atoró las conversaciones.
Es cierto que los niveles de ahorro de los trabajadores son mínimos, pero no sorprenden debido a los exiguos ingresos que perciben. Modificar las estructuras salariales no será fácil ni rápido. Si se busca garantizar una jubilación digna de millones de trabajadores, es momento de ir a fondo.