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En el tercer trimestre de este año se verificó una caída en la recaudación tributaria del gobierno federal con respecto al mismo periodo en 2018, toda vez que la captación fiscal en las arcas del estado (IVA, ISR e ingresos petroleros) se quedó por debajo de las expectativas de ingreso, así como un descenso en las entradas por el IEPS a la gasolina y el diésel.
Según cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, los ingresos tributarios registraron una sensible caída al recaudarse un monto global de 2.4 billones de pesos contra los 2.5 billones que era la meta gubernamental. Si bien la dependencia ha explicado en todo momento que el descenso en la recaudación no es privativo de nuestro país, sino que está relacionado con una desaceleración en la economía mundial, es un hecho que no podrán cumplirse sus expectativas en el corto plazo.
En una entrevista que este diario sostuvo con Vicente Mendoza, presidente saliente de la Comisión Permanente de Funcionarios Fiscales, se revela que ante el panorama poco halagüeño que espera a la economía nacional para 2020 y 2021, es casi un hecho que el Fondo de Estabilización de Ingresos de las Entidades Federativas (FEIF, la reserva con que la Federación cuenta para apoyar las finanzas de los estados de la República), puede llegar a consumirse en su totalidad durante el próximo año, ante diversos compromisos internos que tienen los gobiernos de los estados —en su mayor parte heredados de administraciones anteriores— como lo son pagos de adeudos millonarios a instancias como el SAT, el IMSS, el ISSSTE o la Conagua.
Además de esos compromisos que es necesario subsanar, cada estado también tiene la obligación de contar con recursos para el desarrollo de infraestructura que su población demanda en áreas prioritarias como salud, educación, vivienda, carreteras, puentes, vialidades y dotación de servicios básicos.
De ahí que las cifras contrasten con el optimismo federal —que en la Ley de Ingresos de la Federación 2020 considera un panorama de mejoría económica— que pareciera no estar advirtiendo que en casi todos sus rubros la recaudación tributaria en los estados está por debajo de la meta que se estimaba alcanzar a principio de año.
El escenario es de riesgo porque México se puede quedar sin fondo de estabilización al estar tomando recursos de esa reserva, por lo que una vez agotada es casi un hecho que el gobierno no cuente con otras opciones para amortiguar la desaceleración económica más que la del endeudamiento externo. Urge entonces un fortalecimiento hacendario que se planee en conjunto con los gobiernos de los estados para mejorar la recaudación y la rendición de cuentas desde el nivel municipal.