Te vamos a extrañar querido amigo. Vamos a extrañar tu fortaleza, tu mirada sencilla, dura y profunda, tu modo de hacer las cosas y de tratar a las personas.

En la historia reciente de nuestro país, René Juárez se pudo inscribir como un hombre de principios. Podemos coincidir con él o no en su ideología, pero lo que no podemos negar es su coherencia, su consistencia y la lealtad con sus ideas. Pocos hombres en este país hacen política por las ideas, pocos hacen carrera por convicción, muchos dan bandazos ideológicos, muchos reculan en vez de defender sus ideales, otros, los modifican para hacerlos coincidir con los de otros. René Juárez no. René fue como un buque concentrado en avanzar mientras rompía el hielo de la pobreza, de la desigualdad y de la falta de oportunidad en nuestro país.

René fue un hombre de acción; una persona que prefería hacer que soñar o, más bien, que prefería soñar haciendo. Como buen político, en el sentido más pleno y acabado de esa expresión, René logró hacer haciendo. La política es el arte de la construcción y de la oportunidad. Maquiavelo llamaba a la última la buena fortuna. Sin embargo, hay hombres que no esperan a que esta les llegue, sino que la construyen, la provocan, la excitan hasta que llegue a ellos.

Pues ésta no llega si uno no está construyendo. Pablo Picasso decía que la inspiración mejor nos encuentre trabajando. Lo mismo pudo haberlo dicho René: que la oportunidad política mejor nos agarre trabajando por lo que soñamos. Defensor de la igualdad de genero, defensor de la democracia, promotor de la república, constructor de diálogo y los acuerdos, René siempre soñó con México de todos y para todos.

Durante su mandato en el Estado de Guerrero, mi casa, mi Estado, mi tierra, René nunca se cansó de ver por los guerrerenses; pueblo a veces olvidado, pueblo a veces sometido, pueblo sensible, pueblo bueno. Pueblo al que le hizo ver, una vez más, que podía seguir soñando con espíritu de libertad, que eran capaces de mucho y que eran capaces de todo.

A través de su dureza, de su personalidad afable, confiable, pero guerrerensemente reacia, René les enseñó a olvidar las rencillas del pasado, la escases del contexto y a ver por el presente con la mirada puesta en el futuro.

Estoy seguro que la política de nuestra Nación echará de menos a un hombre como René. Estoy seguro que muchos no podrán olvidar las enseñanzas que dio su amistad. Estoy seguro que no seré el único, como muchos otros guerrerenses, que lo extrañará.

¿Cuántas vidas más cobrara esta enfermedad que no parece nunca terminar? ¿Cuántas mujeres y hombres seguirán perdiendo la vida a causa de la pandemia? El Covid nos ha enseñado mucho, pero nos ha costado la vida de personas invaluables, tan invaluables como la de mi amigo René Juárez.

Magistrado en retiro del PJCDMX
Ex embajador de México en los Países Bajos

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