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La integración de los órganos colegiados

18/05/2022 |02:00
Redacción El Universal
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Se dice colegiado cuando un organismo o sus autoridades se constituyen en “colegio”, término que tiene origen en el verbo colligere “reunir” y puede tratarse también a la sociedad de personas del mismo oficio o profesión.

“El compromiso individual con un esfuerzo colectivo
es lo que hace que un equipo,
una empresa o una sociedad funcionen.”
Vince Lombardi

Cuando un órgano colegiado pertenece a una entidad de la administración pública, su objetivo es tomar decisiones democráticas, ya sea por unanimidad o por mayoría, y sus decisiones o acuerdos se consideran instrumentos jurídicos.

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Como ejemplos de órganos colegiados tenemos los consejos universitarios, los consejos generales en materia electoral, las comisiones permanentes e incluso en lo operativo, los comités de adquisiciones, de gobierno digital y de transparencia.

Todo órgano colegiado cuenta con una presidencia, además de liderar es quien regula las deliberaciones y en caso de algún empate tiene el voto de calidad; prerrogativa que no es de a gratis pues sobre quien ocupa la presidencia recae la mayor parte de las responsabilidades, debe tener conocimiento y estar al tanto de todos los temas y por lo general en dicha persona recae la culpa o los señalamientos si algo no sale bien, en caso contrario la gloria o los aplausos de las buenas decisiones son para el colegiado en su conjunto.

La naturaleza de los órganos colegiados es precisamente la construcción de consensos, para lo cual es necesario difuminar diferencias con argumentos sólidos y confiables, en las deliberaciones se busca la ponderación de puntos de vista entre los miembros del colegio y eso es lo que enriquece la discusión para tomar una determinación.

Durante la construcción de acuerdos, es posible identificar opiniones encontradas, es imprescindible que éstas estén debidamente fundadas y motivadas para no perder el tiempo en cuestiones subjetivas y que el análisis al interior del colegiado tenga bases sólidas y no solo caprichos de ocasión.

Por otra parte, lo que no es válido es hacer descalificaciones del trabajo conjunto que se lleva a cabo para poder organizar las sesiones respectivas, pues detrás de todo ello, existen responsabilidades por cumplir por cada uno de sus integrantes, en tanto que quien preside deberá acordar la convocatoria de las sesiones, presidir las mismas, acordar el contenido, dirimir con su voto los empates, y suministrar los documentos a analizar y discutir.

Asimismo, entre las responsabilidades de los demás integrantes estará la de asistir a las sesiones debidamente informados para poder deliberar, tanto aquellos que solo tengan voz, como aquellos que tengan voz y voto para hacer valer cada postura que así consideren, debiendo evitar formulaciones frívolas que lejos de aportar obstaculicen el trabajo del colegiado pues cuando estas personas se envisten de autoridad y se erigen en colegio, comité o consejo, hay mucho trabajo previo a cada reunión, el esfuerzo de mucha gente se ve reflejado en cada tema que se discute, cada que levantan la mano para votar un asunto, independientemente si es a favor o en contra, llevan consigo la responsabilidad de actuar con ética pública y ser objetivos e imparciales, más allá del bien propio, siempre debe estar el bien común.

Por eso es importante documentarse, escuchar las razones de aquellos que no comparten la opinión o punto de vista, estudiar y ver las diferentes aristas que presenta cada situación. Cuando se difiere de los demás se tiene el compromiso de argumentar, de fundamentar y explicar los motivos del disenso, tiene uno la responsabilidad de convencer, pero debe uno también tener la educación y humildad de escuchar las razones de la otra parte y si es posible, la inteligencia para ver el tema desde otro ángulo, a lo mejor desde ahí convenzo o me convencen.

Pero independientemente de la decisión tomada e incluso, de manifestar el desacuerdo, es importante recordar que la decisión, cualquiera que esta haya sido, fue y será, decisión del órgano colegiado, al cual uno representa y del cual uno forma parte.

En el ámbito electoral los órganos colegiados son un valioso insumo para la toma de decisiones, su tarea es de gran importancia para el desarrollo de cualquier sistema democrático, pues permiten darle publicidad, transparencia, legitimidad y claridad a las etapas y los actos de un proceso electoral, al tiempo que aseguran la continuidad de acciones aun cuando exista rotación entre sus integrantes, cuyos miembros actúan en igualdad de condiciones con decisiones que son expresadas colectivamente.

Estas estructuras colegiadas nos han permitido avanzar, no solo en el ámbito de su competencia, sino como parte de un sistema colectivo que evoluciona constantemente procurando el mayor beneficio de los derechos de la ciudadanía, por ello, quienes los integran conllevan una gran responsabilidad debiendo observar que sus determinaciones contribuyan a promover, respetar, proteger y garantizar los derechos políticos electorales de forma progresiva.

Cuidemos que la integración de los órganos colegiados sea por capacidades y no por amiguismos, luego resulta que no saben ni donde están parados.