Amable lector: ¿Sabe usted si la calidad (tipo) del agua que bebe diariamente es suave, dura, o mineral? ¿Sabe si procede de manantiales, ríos, pozos o de otras fuentes? Dada la variedad de marcas de agua embotellada que existen en el mercado, es necesario conocer la procedencia del agua que a diario consumimos; pero, sobre todo, saber si es natural o procesada, o de otro tipo de tratamiento (aditivos) para conservarla por un largo período, tal como lo hace una conocida empresa que, según se lee en su etiqueta, puede conservarse y consumirse hasta más de dos años después de ser embotellada. Puede ser, pero, ¿ocurrirá lo mismo con otro tipo de líquidos como los refrescos o bebidas azucaradas y similares? De ahí que es mejor que las autoridades sanitarias aclaren, y determinen, si el agua envasada en recipientes de 4 lts., hasta por más de dos años, es apta para el consumo humano después de ese largo tiempo.

“¡El cambio climático ya comenzó, y la guerra por el agua también!” ¿Qué esperamos?

Saber que México es uno de los países que más consume agua embotellada puede ser una gran noticia; sin embargo, puede no ser tan buena como se cree. La falta de conocimiento de las propiedades de los nutrientes en los alimentos, incluido el agua, así como la preparación, y sobre todo la nula moderación en el consumo, ha sido una de las principales causas por las que los mexicanos seamos presas fáciles de algunas enfermedades.

De acuerdo a un análisis sobre el agua embotellada de la Universidad Estatal de Nueva York, de Los Estados Unidos, ésta podría contener plásticos y químicos que causan graves enfermedades como trastorno del sistema nervioso y obesidad. Un estudio realizado al agua embotellada de once conocidas marcas en el mercado determinó que todos contenían partículas de plásticos. Según los resultados, cada litro de agua presentaba, al menos, diez partículas de polipropileno, nailon o polietilenreftalato (pet) del ancho de un cabello.

Por otra parte, la revista científica In Future, señaló que el daño que puede causar el agua embotellada es mucho mayor que sus beneficios. De acuerdo a la revista, se hallaron restos de desinfectantes para agua, así como de otros residuos químicos dañinos, como el bisfenol-A, que es el responsable de causar trastornos en el sistema de reproducción, sistema nervioso central, tiroides, obesidad, hipertensión y hasta diabetes. Otro estudio realizado en la orina de un grupo de personas, que solo tomaban agua embotellada, reveló que el 95 por ciento de éstos contenían bisfenol-A, que se usa para fabricar plásticos de policarbonato y resinas epoxi.

En esto de la comercialización del moderno y creciente negocio del agua embotellada, llama la atención y preocupa, que, así como un estudio confirma la presencia de algunos tóxicos en el envasado, otros, en cambio, aseguran todo lo contrario y que no hay nada qué temer. De ahí, amable lector, la urgente necesidad de conocer, a fondo, la real situación que prevalece en este boyante negocio del agua embotella, en base a un análisis científico llevado a cabo por las autoridades sanitarias que garantice su consumo habitual.

Lamentablemente, en cuanto a cultura de los alimentos, del agua incluso y de otras cosas, nos falta mucho por hacer y aprender para bien de nuestra salud y de toda la familia. De nada ha servido, ni servirá, que estemos saturados de información respecto de cómo alimentarnos si no lo llevamos a la práctica. Lo único que se ve, y se lee en carteles, en los medios y hasta en los Libros de Texto Gratuitos, es solo información, más no un plan de acciones. Eso no es un verdadero propósito de prevención, sino, “dinero tirado a la basura”. En cuanto al agua, sucede los mismo, el mal uso y abuso, del vital líquido, como ya sabemos, comienza a causar graves daños a la salud de miles de mexicanos. Y lo preocupante, es que no se vislumbran señales de que algo se está haciendo para superar esta terrible epidemia que ya está entre nosotros. Tal vez no se note mucho, pero, ya hace rato que comenzó…

Y mientras seguimos a la espera de las respuestas a los cuestionarios enviados, le presentamos las preguntas 3 y 4 dirigidas a la Secretaría de Salud. 3.- Considerando que el asunto del agua es de interés nacional, y que por lo tanto debe ser tratado con sumo cuidado, ¿se tienen bajo control todos los pozos autorizados para verificar que las empresas que las explotan, además de certificar la calidad del agua que están extrayendo de cada uno, están cumpliendo también con las normas establecidas, conforme al ordenamiento sanitario vigente respecto al desagüe y depósito de aguas residuales? 4.- Según estudio del Centro de Geociencias de la UNAM (CGEO) llevado a cabo en 2015, la concentración de arsénico y fluoruro en el acuífero Lerma-Chapala, que va del estado de México a Jalisco, se duplicó en los últimos 14 años (datos de publicación de diciembre de 2015) condición semejante afecta a las aguas subterráneas de seis estados más y todos presentan la misma problemática, en mayor o menor grado y tiende a agudizarse. ¿Tiene conocimiento la Secretaría de Salud en qué estados y municipios, comprendidos en ese acuífero, se ha detectado la presencia de estos tóxicos?

Estas son la 3 y 4 enviadas a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) 3.- Del total de acuíferos en el país, ¿cuáles están sobreexplotados, cuántos están considerados bajo el fenómeno de aguas subterráneas salobres y qué estados están considerados en cada uno? 4.- ¿Se tiene registros de cuántos pozos se han perforado en cada uno de los estados hasta la fecha? ¿A qué tipo de empresas les fue autorizado y cuál es la calidad del agua que se extrae de cada uno?

Continuará…

diegoalcalaponce@hotmail.com

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