“¡El cambio climático ya comenzó, y la guerra por el agua también ¡” ¿Qué esperamos?
Huelga señalar todo lo que ha sucedido, está sucediendo e, inevitablemente, ocurrirá si no implementamos, inmediatamente, medidas congruentes y contundentes para tratar, apenas, de comenzar a buscar la solución al problema del agua contaminada. Huelga señalar también, los miles de personas que han muerto en el mundo por consumir agua no potabilizada, contaminada, o, de plano, por no disponer de ella oportunamente y tratada. En fin, el problema ya está presente desde hace mucho y solo esperamos que no se prolongue más.
Lo que sí cabe señalar y resaltar, amable lector, es la desatención de los tres niveles de gobierno para proceder a la solución de este grave problema de salud. Y no es que no haya trabajos de investigación y estudios constantes al respecto, sino a la poca, o nula eficiencia de las autoridades para aplicar las leyes y la normatividad que para el caso se requiere, es decir, que ya no se permita más la perforación de pozos profundos y la descarga de aguas residuales, tanto domésticas como industriales, sin tratamiento alguno. Ahí está gran parte de la solución del problema que se está generando. Y ese es el reto, que todos estemos conscientes de que, si no participamos de manera conjunta y decidida, nuestros hijos, nuestros nietos y toda su descendencia, ya no tomarán agua limpia. Es de no creerse, y mucho menos reconocerlo y tener que aceptarlo, pero es la realidad. ¿Acaso esperaremos a comprobarlo? Las estadísticas de enfermedades y muertes por consumo y hasta inhalación de vapores de agua contaminada es elevado y van en aumento.
En su informe de agosto de 2019, El Banco Mundial destaca que una nueva “crisis invisible de la calidad del agua”, reduce en un tercio el potencial de crecimiento económico en zonas altamente contaminadas y amenaza el bienestar de las personas y el medio ambiente. Dicho estudio, La calidad desconocida: “la crisis invisible del agua”, muestra cómo bacterias, aguas residuales, productos químicos y material plástico, pueden llegar a “absorber el oxígeno” de los suministros de agua y convertirse en “veneno para las personas y los ecosistemas”. También advierte que un elemento clave que contribuye al deterioro de la calidad del agua es el nitrógeno, que, al aplicarse como fertilizante agrícola, con el tiempo llega a los ríos, lagos y océanos, donde se convierte en nitratos. La exposición temprana a los nitratos, precisa el estudio, afecta el crecimiento y el desarrollo cerebral de los niños. Asimismo, señala también que la carencia de agua limpia limita una tercera parte el crecimiento económico y pide a los gobiernos, a nivel mundial, prestarle, de “manera inmediata” la debida atención a esta amenaza. Nada más contundente que este grave señalamiento sobre la mala calidad del agua, pero como ya hemos insistido, ¿de qué sirve anunciarlos si nadie hace nada para remediarlo?
Debido quizás, a que en este asunto del agua contaminada no hay nada redituable para los políticos conversos a funcionarios públicos, es que no se le ha dado la importancia que tiene. Y como, desafortunadamente, los tres niveles de gobierno están copados por esa pléyade de políticos, este problema del agua no pasa de ser uno más de los tantos que agobian al país, y que para ellos no es prioritario resolver. ¿A quién recurrir? Pues… ¡A nosotros mismos! No hay de otra…
El texto de la segunda parte publicado por EL UNIVERSAL continúa así: - Daño silencioso. – El 28 de octubre de 2015, tras un mes de análisis de las muestras del pozo de agua potable que abastece a las comunidades de la Cantera, Fraccionamiento La Cantera y el poblado La Huerta de San José Iturbide, Gto., el laboratorio del ININ determinó la existencia de radiación “alfa” en el líquido por encima de los límites tolerables para el consumo humano.
Para sintetizar el potencial dañino de este tipo de radiactividad, el doctor en geohidrología por la Universidad de Londres, Joel Carrillo Rivera, remite al famoso asesinato del espía ruso Alexander Litvinenko, quien una tarde de noviembre de 2006 se encontró con la muerte en el restaurante de un hotel de la capital británica a donde acudió a tomar un inocente té que algunos de sus colegas le prepararon con plutonio, un emisor alfa.
En entrevista, Carrillo Rivera, quien ha sido vicepresidente de la Asociación Latinoamericana de Hidrología Subterránea para el Desarrollo y editor asociado de la revista Hidrology journal, explica que el plutonio consumido por el espía ruso era una preparación muy concentrada. Sin embargo, en el caso del consumo de agua. o más propiamente su inhalación, precisa, el problema es su acumulación y nulo nivel de detección. “No es tanto por la ingesta del agua, sino la inhalación de sus vapores a la hora que te está bañando, todos los días, durante seis o diez años, incluso menos, lo que termina siendo fatal, y lo peor es que para cuando te das cuenta, no hay nada qué hacer”.
Alude a una recurrente escena: “En muchos países, el ministro de salud lleva a su hijo pequeño a un sitio con estas condiciones y toman agua de la llave. No les va a pasar nada porque están tomando un vaso, pero si vivieran allí 30 años, vas a ver qué les pasa al décimo año”. Explica que la “radiación, el arsénico y el fluoruro provienen del mismo tipo de roca volcánica”, de modo que, si se realizan las mediciones, con toda probabilidad se encontrarán muchos más pozos con las mismas condiciones de radiactividad que el de la Cantera. Continuará…
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