“¡El cambio climático ya comenzó, y la guerra por el agua también!” ¿Qué esperamos?

Aunque pasarán todavía algunos años para que el problema del agua, de no atenderlo a tiempo, haga crisis, no debemos esperar a que eso suceda, porque para entonces podría ser demasiado tarde. De ahí la urgente necesidad de emprender, cuanto antes, acciones concretas debidamente estructuradas que permitan enfrentarlo para tratar de solucionarlo; aunque, de hecho, desde hace algunos años ya son miles los que están “pagando facturas muy caras” por consumir agua contaminada y cada vez se suman más. Y precisamente, para coadyuvar a encontrar esas soluciones, es que EL UNIVERSAL está considerando la posibilidad de invitar a todos aquellos académicos, investigadores, médicos, químicos, biólogos, ambientalistas y científicos especialistas en materia del agua a un primer congreso nacional para tratar esta preocupante problemática.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF, en su informe Progresos de Agua Potable, Saneamiento e Higiene 2000-2017, en más de la mitad del mundo no hay acceso a servicios seguros de saneamiento. Más de dos mil 200 millones de personas no cuentan con el servicio de agua potable. Más de cuatro mil 200 millones no cuentan con servicio de saneamiento. Y más de tres mil millones carecen de instalaciones básicas para lavarse las manos.

Según el informe, publicado en junio de 2019, que, si bien se han alcanzado progresos considerables en el logro universal al agua básica, el saneamiento y la higiene, existen todavía grandes deficiencias en la calidad de los servicios. Así mismo, asienta que el solo acceso al agua no es suficiente si ésta no está limpia, no es segura y además se encuentra lejos. De ahí que, si los gobiernos no se preocupan e invierten en agua potable, saneamiento e higiene en la población, advierte, seguiremos viviendo con enfermedades como la diarrea, el cólera, la fiebre tifoidea, la hepatitis A, y las llamadas tropicales hasta ahora desatendidas como el tracoma, los parásitos intestinales y las esquistosomiasis, que hace mucho debieron desaparecer.

Cada año, señala, sobre todo en los países menos desarrollados, mueren más de 297 mil niños menores de cinco años debido a la diarrea por falta de agua y saneamiento. El deficiente servicio y el agua contaminada están relacionados con la transmisión de enfermedades como el cólera, la disentería, la hepatitis A y la fiebre tifoidea.

Amable lector: Nada más terrible, preocupante y triste, saber que todavía mueren miles de niños a temprana edad por enfermedades derivadas, tanto por falta de agua, como por la mala calidad de ésta. Desde luego que no es solo por la pobreza de la gente, sino también por la falta de políticas públicas gubernamentales para dotar de agua potable suficiente a toda la población. Pero, como precisa la OMS, no basta con disponer del vital líquido en la casa, sino también de contar con un eficiente sistema de saneamiento, porque al carecer de este servicio, se corre el riesgo de contraer enfermedades con saldos negativos. De ahí que al igual que en la educación y todo el sistema de salud, es prioritario, y urgente, invertir más recursos y esfuerzos en la dotación de los servicios de agua potable y saneamiento. Parecerá irónico decirlo, pero es la verdad: “el agua es vida, pero si no se cuida, nos la puede quitar”, bien por no tenerla, o por no saber tratarla y conservarla.

Lamentablemente, el asunto del agua, a pesar de la problemática que ya se está presentando en casi todo el mundo, parece no llamar la atención. Hasta ahora, todo parece indicar que la gente lo está tomando, o considerando como un problema menor y no participa activamente en su cuidado y conservación. De ahí la imperiosa necesidad de seguir insistiendo hasta lograrlo. Desde luego que no bastará con los buenos deseos, sino con planes y programas que involucre a todos por igual. Pero, realmente, ¿estaremos todavía a tiempo?

Amable lector: mientras seguimos a la espera de las respuestas a los cuestionarios enviados a las distintas instancias y gobiernos de los estados, le presentamos las dos primeras preguntas dirigidas, tanto al Centro de Geociencias de la UNAM, como a la Gerencia General de Coordinación Institucional de Operación y Servicios del Sistema Aguas de la Ciudad de México. Estas son:

1-- ¿Con cuántos acuíferos se cuenta en el país? ¿Cómo están distribuidos y clasificados y cuántos están sobreexplotados? 2 – ¿Cuenta el CEGEO con todos los recursos técnicos, científicos y económicos, así como con el personal altamente capacitado para realizar trabajos de investigación, o, requiere de algo más? ¿Se apoya en otros centros de investigación-nacionales o internacionales-para analizar más a fondo los acuíferos del país, o es autosuficiente en ese aspecto?

1 -- ¿De cuántos pozos, y a qué profundidad, se está extrayendo el agua que se consume en la Ciudad de México y cuál es la calidad? ¿Se ha encontrado algún tipo de mineral tóxico en el agua, tanto de los pozos, como de la que llega de otras fuentes? 2 - ¿Cuántas empresas cuentan con pozos propios, a qué profundidad extraen el agua que utilizan y qué tipo de tóxicos se han encontrado en ellos? Continuará…

diegoalcalaponce@hotmail.com

Google News

TEMAS RELACIONADOS